Dos héroes, pero muy diferentes. Aquileo (o Aquiles) era el mejor de los aqueos, hombre fuerte, extraordinario para el combate, al que se conocía como el de los pies ligeros por ser el más rápido de los guerreros. Odideo (o Ulises) sin ser un mal guerrero era avalado (y así nos lo deja dicho el divino Homero tanto en la Iliada como especialmente la Odisea) por su brillantez, astucia y, en definitiva, su inteligencia, que le hacía sobrevivir a las más duras de las confrontaciones. De hecho, a Odiseo se le atribuye la idea del caballo de Troya con el que definitivamente acabaría la guerra en la vieja Ilión hasta entonces inexpugnable. Ya entonces Aquiles estaba muerto (merced a la famosa flecha de París en el talón), cumpliendose que jamás entraría en la ciudad de Troya. El drama de Aquiles fue la elección de una vida breve, pero gloriosa.
La verdad es que a su manera son dos personajes admirables, que en el fondo conforman una unión perfecta de inteligencia (Odiseo) y agilidad para el combate (Aquiles) que hace casi imposible decantarse por uno o por otro. La cólera por la muerte de su compañero Patroclo le jugó una mala pasada y finalmente se decantó por la Gloria, aunque no todo estaba dicho.
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| Homero |
Cuando Aquiles en su trayecto hacía su querida Ítaca tuvo que pasar por el Hades se encontró con el mismísimo Aquiles (o la sombra de quien éste había sido), le dijo al propio Odiseo: "Preferiría ser el más pobre y sucio de los rudos campesinos que se revuelcan en los estercoleros sobre la tierra, que ser el gran rey Aquiles en este mundo de sombras subterráneas". Estaba todo dicho.
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