El gentío violento lo rodea; le quitan sus vestiduras para repartírselas. Mira al cielo como implorando que pase cuanto antes tal castigo; el oprobio al que quieren someterle los verdugos; Jesucristo mira al cielo...
No eran habituales pinturas sobre el expolio en la época en la que el Greco realizó está fenomenal obra. En ella vemos la figura destacada de Jesús con una vestidura roja y en el centro del cuadro, pero la idea del pintor griego no como el hijo de Dios, sino víctima de las bajas pasiones humanas y aún así su figura es superior a aquellas que quieren acabar con Él.
Hombres y mujeres llenan la pintura, quedando todo oscurecido por la presencia del Salvador del mundo. Allí estaba siendo expoliado por parte de unos individuos que querían acabar con él y no se daban cuenta de lo que estaban haciendo.
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