domingo, 25 de octubre de 2020

La saga nibelunga de Fritz Lang y Thea von Harbou

Fritz Lang venía de rodar un increíble exito como el doctor Mabuse cuando a él y a su esposa, la guionista Thea von Harbou, le encargaron una obra magna que acabaría por convertirse en una de las más extraordinarias epopeyas filmicas del cine alemán de entreguerras: Los Nibelungos.
 
 
Antes de nada, un poco de historia/mitología: los nibelungos son un pueblo mitológico procedente de las leyendas germanicas gobernado por el Príncipe Nibelung, siendo éstos unos seres que vivían en las profundidades de la tierra, dedicandose a la extracción de metales. Poseían un gran tesoro que se encontraba en el fondo del río Rin. Por su parte, el Rey tenía un anillo que presentaba poderosas propiedades mágicas, aunque atraía la desgracia a su poseedor. Sigfrido, es uno de sus héroes más representativos, siendo muy conocido que al matar a un dragón y bañarse con su sangre se volvió invulnerable (recuerda un poco a la invulnerabilidad de Aquiles con su baño en la laguna Estigia). Todas estás historias pertenecían al acervo popular basado en los relatos que se contaban de boca en boca hasta que alguien anónimo compusó el poema épico "El Cantar de los Nibelungos" del Siglo XII y que mezclaba historias paganas como las de los nibelungos, asociandolas a un concepto cristianizado propio de la época y que bien tuvo su inspiración en hechos históricos mezclandolos con las leyendas germánicas. 
 
 
La historia de los nibelungos fue parcialmente olvidada hasta que el romanticismo (Siglo XIX), muy proclive a exaltar determinados hechos y personajes reales, así como las mitologías y creencias ancestrales, comenzo a poner toda su atención en los seres mitológicos procedentes de las leyendas nordicas y alemanas. Uno de los que hizo mucho por el resurgimiento de ese interes fue el escritor y filólogo alemán Wilhelm Grimm con su obra "Las Leyendas históricas alemanas". Luego llegaría el gran Richard Wagner, gran estudioso, conocedor y divulgador con sus obras de la cultura alemana y nordicas, que compusó un ciclo de cuatro óperas titulado "El Anillo del nibelungo": "El Oro del Rin", "La Valquiria", "Sigfrido" y "El Ocaso de los Dioses".
 
Richard Wagner

Estos dos parrafos (que no digo que no sean grandes) son el contexto perfecto para relatarles las fuentes literarias basadas en historias mitológicas en las que se basaron Lang y von Harbou para componer la obra magna que sería Los Nibelungos. Para ello contaron con un equipo técnico prodigioso (la escena del dragón en sumamente extraordinaria para la época), unos momentos sumamente brillantes y oscuros a partes iguales, aparte de un elenco actoral que los alemanes conocían muy bien (Paul Richter como Sigfrido, Margarete Schön como Krimilda, Hanna Ralph como la Reina Brunilda, Hans Adalbert von Schlettow como Hagen, Theodor Loos como el Rey Gunter o Rudolf Klein-Rogge como Atila).
 

La obra es sumamente larga (algo más de cuatro horas), por lo que se dividió en dos partes: "Die Nibelungen: Siegfried" ("Los Nibelungos: la Muerte de Sigfrido") y "Die Nibelungen: Kriemhilds Rache" ("Los Nibelungos: la Venganza de Krimilda").  Ambas obras tienen lugar en el Reino de Burgundia, estando dividida en cantos, resaltando indudablemente la cultura germánica, destacando que al  inicio de ambas hay una dedicatoria ("al pueblo alemán"). Es evidente que la combinación de Lang y von Harbou (gran conocedora y admiradora de las leyendas germánicas) propició el exito de unas películas que pasan por ser lo mejor del cine alemán y que merecen ser resaltadas.

Y eran mujercitas

Louisa May Alcott comenzó a escribir la obra que le daría fama entre 1867 y 1868 y para ello se basaba en sus experiencias en la ciudad de Concord, Massachusetts, con sus tres hermanas. Y efectivamente va de eso: cuatro niñas (las hermanas March) quienes, tras pasar la adolescencia con la Guerra Civil en los Estados Unidos de América junto a su madre viviendo no precisamente tan holgadamente como antes (con un padre, parroco, fuera de la casa porque era capellan del ejercito de la unión) se van convirtendo progresivamente en mujeres. Una historia deliciosa que va mucho más allá de la simple historia de las cuatro hermanitas (precisamente así se denominó en español la primera adaptación sonora de la novela protagonizada por Katharine Hepburn, Joan Bennett y Francis Dee y dirigida por ese director de actrices que fue George Cukor). La obra empieza en Navidad y termina en Navidad. 


Y digo que va más allá del contexto histórico y social, puesto que en ella Alcott reproduce tanto en su estructura como en su tematica la conocida novela de carácter alegórico "El Progreso del Peregrino", adaptando muchos de los capítulos de su novela haciendo alusión a precisamente ese andar moral del peregrino (Beth encuentra el Palacio Hermoso, El valle de la humillación de Amy, Jo conoce a Apolión, Meg visita la Feria de las Vanidades, ... ), siendo cada una de las cuatro hermanas caracterizadas por un defecto o pecado: el de Meg, la mayor y responsable, es la vanidad; el de Jo, la escritora (y que bien pudo basarse la autora en ella misma) es la ira y sus gestos "varoniles" o de "muchacho"; el de Beth, la pianista, es la timidez, y el de Amy, la menor y que pinta muy bien, es el egoísmo. A lo largo del camino novelesco las chicas conseguiran superar estos defectos, que eran muy rechazados en la sociedad que le tocó vivir a la autora y que hace que muchos califiquen a la obra de una especie de libro de autoyuda para fomentar la buena conducta de las señoritas. 
 
La autora
 
Son lecciones de vida las que aprenden ellas junto a su querida madre, la sirvienta Hannah, la gruñona tía March, Laurie (joven que se hará amigo de la familia y muy especialmente de Jo casi en actitud de camaderia), John Brooke, tutor de Laurie, o el abuelo de Laurie, el rico James Laurence (al que Jo en un principio cree un viejo gruñón para acabar descubriendo que es un hombre encantador) y que en una de las escenas más emotivas de la obra le regala a Beth el piano, el cual era de una nietecita que murió joven, haciendo que la timida Beth (ante la sorpresa de todos) fuese a la casa del viejecito para darle un abrazo de agradecimiento por tan fastuoso regalo. 
 

La obra fue tan reconocida que tuvo sus secuelas (a petición de los lectores): en 1869 publicó "Aquellas Mujercitas" (cuyo título en inglés es "Good Wives"; traducción: "Buenas esposas", a veces traducido como "Las Mujercitas se Casan") que tiene lugar tres años después de "Mujercitas", mostrando las dificultades que pasan las hermanas durante su vida adulta (En Europa, "Mujercitas" y este volumen se editaron como uno solo). Los siguientes trabajos de Alcott basados en la obra original fueron "Little Men" ("Hombrecitos" en inglés), la cual ha tenido varias adaptaciones cinematográficas, y "Jo's Boys" ("Los muchachos de Jo" en inglés).
 

El teatro y muy destacadamente el cine también se hizo valer de esta obra: antes de la mencionada "Las Cuatro Hermanitas" (que es del año 1933), ya hubo dos obras mudas, aparte de cuatro que vinieron después, siendo muy reconocida la adaptación de 1949 dirigida por Mervyn, LeRoy y protagonizada por unas jovenes June Allyson como Jo, Janet Leigh como Meg, Elizabeth Taylor como Amy, Margaret O'Brien como Beth y cuya madre es una reconocidisima actriz como Mary Astor.

El Faraón del Éxodo

Si uno pone en Google concretamente las palabras "Faraón del Éxodo" automáticamente le aparece Ramses II y no es de extrañar. La reconocida película de DeMille tiene mucho que ver en ello (un Ramses II fabulosamente interpretado por Yul Brynner), pero sin quitarle merito al guión hay pocas evidencias no ya sólo de que Ramses II fuese el Faraón con el que se tuvo que "enfrentar" Moisés, sino que todo lo que se sabe en torno a ello son teorías más o menos fantasiosas.
 

Tomando como cierto el texto del Éxodo y que el autor (algunos dicen que fue Moisés, al igual que el de los otros cuatro primeros libros del Antiguo Testamento que forman el conocido como Pentáteuco) le importaba más bien poco el nombre del Rey de Egipto, ¿quién podría ser su identidad. Hay varías teorías:
  • Ramses II (c. 1279 - 1213 a. C.): es conocido como Ramsés el Grande y no es de extrañar, puesto que en sus 66 años de reinado llevó a Egipto a la cuspide no sólo en cuanto a conquistas, sin de esplendor. Puede que por eso muchos creyeron ver en este gran Faraón la posibilidad de que fuera realmente el del Éxodo. No hay evidencia arqueológica de ello. La estela de finales del siglo XIII a. C. de Ramsés II en Beit She'an menciona la existencia de dos pueblos conquistados que vinieron a rendirle obediencia en su ciudad pero no menciona ni la construcción de la ciudad ni que fueran las propios hebreos.
  • Akenatón (1353 – 1349 a. C.): En su libro "Moisés y la religión monoteísta", Sigmund Freud (de origen judío, por cierto) propusó la sugerente teoría de que la historia del Éxodo no era exactamente como la habían contado: Moisés era sacerdote atonista, obligado a abandonar Egipto con sus seguidores después de la muerte de Akenatón, el Faraón que se reveló contra el politeismo, pretendiendo que Egipto fuera monoteista en la divinidad del dios Atón. Algunos aseguran que el propio Akenatón pudo ser el mismisimo Moisés. 
  • Merenptah (c. 1213 - 1203 a. C.): Isaac Asimov sugiere en su "Guía Asimov para la Biblia que Merenptah es el Faraón del Éxodo. La prueba más o menos evidente es La Estela de Merenptah (conocida como Estela de la victoria o Estela de Israel) realizada para conmemorar la victoriosa campaña militar del Faraón en tierras de Canaán sobre el año 1210 a. C., la cual es el primer testimonio no bíblico sobre la presencia de israelitas en el Levante Mediterráneo, siendo importantisima por ser la primera mención en la historiografía egipcia de la existencia de las Tribus de Israel.
  • Amosis I (1550 – 1525 a. C.): la mayoría de los escritores de la antigüedad consideraban a Amosis I como el Faraón del Éxodo en base a su enfrentamiento y expulsión de los hicsos, pueblo de oriente que, según las fuentes, podrían haber sido los hebreos. 
  • Sethnajt (c. 1189 - 1186 a. C.): el profesor ruso Igor P. Lipovsky razona que Sethnajt fue el Faraón del Éxodo.

viernes, 16 de octubre de 2020

A beautiful day

Una canción positiva para cualquier momento del día. Lo es sin lugar a dudas este tema de Michael Bublé.
 

Nada más que añadir, excepto que disfruten con esta canción tanto como yo disfruto y es que a veces es mejor escuchar un poco de música para tranquilizarse en los malos tiempos.
 

La terrible guerra

La guerra es uno de los mayores males para las sociedad; nadie gana, todos pierden. Desgtraciadamente la historia del ser humano está basada en los conflictos bélicos, los cuales se producen por muchos mottivos, pero principalmente por la ambición humana. 

 
La guerra aún siendo la triste historia de la humanidad, también es el fracaso de la misma. Confiemos que las personas dejemos paso a la Paz, pero no a una falsa Paz. Dejemos paso a la PAZ con mayúsculas.

"La guerra es una masacre entre gente que no se conoce, para provecho de gente que si se conoce pero que no se masacra" (Paul Valery)

"La guerra es un mal que deshonra al género humano" (Fenelón)

"La guerra no es más que un asesinato en masa; y el asesinato no es progreso" (Alphonse de Lamartine)

"La guerra terminaría si los muertos pudiesen regresar" (Stanley Baldwin)

"Para la mayoría de los hombres, la guerra es el fin de la soledad. Para mí es la soledad infinita" (Albert Camus)

"Todo lo referente a la guerra es una bofetada al sentido común" (Herman Melville)

"No hay victoria, si no se pone fin a la guerra" (Michel de Montaigne)

"No hay victoria, si no se pone fin a la guerra" (Roman Rolland)

"El que predica la guerra es un apostol del demonio" (John Ray)

"La guerra es una enfermedad como el tifus" (Antoine de Saint-Exupéry)

Florián Rey, el genio del cine español

Desde este blog quiero hacer una reivindicación de uno de los más grandes cineastas de la historia. Era aragones de pura  cepa, natural de La Almunia de Doña Godina, en la provincia de Zaragoza, y respondía al nombre de Antonio Martínez del Castillo, pero todos lo conocemos como Florián Rey.
 
 
Ya después de que otro aragones, natural de Teruel, como Segundo de Chomón, inaugurase por así decirlo, una especie de inicio del séptimo arte en España, Florián Rey, ya desde los años 20 con sus obras populares, muchas de las cuales exaltaban a su tierra, se ganó el aprecio de todos, destacando por su sencillez, la de los personajes que retrataban, con problemas muy humanos y siempre cercanos a la sociedad. Así tenemos a los "Gigantes y Cabezudos" o "La Revoltosa" para acabar estrenando con el inicio de la década de los 30 "La Aldea Maldita", no sólo la mejor de su filmografia en mi opinión, sino una de las consideradas como mejores obras del cine mudo en España donde ya se habla de algo tan actual como la España despoblada, aparte de temas que destacarian en otras obras de su filmografia como la honra, sobre todo la asociada a las mujeres.
Ahí es donde entra Imperio Argentina. Con la actriz formó uno de los más reconocidos duos de la historia realizando una serie de obras populares en plena II República, que tuvieron gran exito no sólo en España, sino fuera del país en zonas como Alemania. A Rey e Imperio le debemos el florecimiento de la industria cinematográfica en España. Así tenemos una trilogía imprescindible dentro del cine español: "La hermana San Sulpicio" (1934), "Nobleza baturra" (1935) y "Morena Clara" (1936), que exploran la lucha de la mujer en un mundo tradicional basado en la moral religiosa y la vida rural, algo acorde con lo que buscaban las autoridades republicanas. 
 
Imperio Argentina

El duo entre Florián Rey e Imperio Argentina se trasladó a la pantalla e incluso se casaron en 1934, teniendo un niño, separandose en 1939. Tiempo habían tenido de rodar otras películas, una de ellas de producción alemana ("Carmen, la de Triana), siendo muy reconocidos por los nazis, destacandose la amistad entre Marlene Dietrich y la propia Imperio Argentina. 
Ahí es donde entra la injusticia con Florián Rey (y de paso con Imperio Argentina). Ambos eran de ideología conservadora y, tras ver que la entonces derecha (CEDA) no colmaba sus aspiraciones, se afiliaron a la falange en 1935, por lo que eran no falangistas de aquello que Franco transformó en movimiento, sino en los originales, los de José Antonio. Digo injusticia porque la ideología para los que aman el cine importa más bien poco, siempre cuando se trate con respeto a los demás. Florián Rey (e Imperio) eran falangistas, pero no franquistas y aún así no se les perdonó que legitimamente se hubieran afiliado a falange, a pesar de que sus obras merecen tenerse en cuenta como las mejores del cine español durante aquellos años 30. 
 

"La canción de Aixa" (1939), marca el principio del fin de la relación de dos grandes del cine español, que llegaron a competir con el cine hollywoodiense con temas populares y usando el gracejo, la técnica y el encanto de Imperio Argentina.
Florián Rey siguió rodando durante el régimen, aunque cada vez menos. Destacable es su remake de "La Aldea Maldita", "Tres Citas con el Destino" o aquellos "Cuentos de la Alhambra" con una jovencisima Carmen Sevilla. Su última obra data de 1957 y muchos aseguran que no se adaptó al cine del régimen que le obligaba a hacer y decir lo que ellos querían. Conclusión: murió olvidado de todos y por todos en Benidorm el año 1962.
 

Desde aqui quieron dar no ya sólo mi homenaje, sino mi reconocimiento a uno de los más grandes cineastas españoles, cuyas obras son joyas de valor incalculable. Sin embargo, no todo está perdido. Desde 1996, la Asociación Florián Rey realiza el Festival de Cine de La Almunia en Mayo en su honor, acogiendo un concurso de cortometrajes, de guiones, entrega el premio Villa de La Almunia a una persona relacionada con el mundo del cine y que tiene relación con la zona, aparte del premio Florián Rey a la trayectoria profesional. Florián Rey aún vive en sus películas y el recuerdo de los amantes del cine. 
A continuación, he realizado una lista de las que, en mi opinión, son sus mejores películas.
 
Sus mejores películas
1. La Aldea Maldita (1930)


2. Morena Clara
 
 
3. Gigantes y Cabezudos
 
 
4. Nobleza Baturra
 

5. La Hermana San Sulpicio
 

6. El Cura de Aldea
 
 
7. La Revoltosa
 
 
8. La Aldea Maldita (1942)
 
 
9. Cuentos de la Alhambra
 
 
10. Carmen, la de Triana
 

El horror de Norman Bates

Cuentan que cuando Hitchcock tuvo la idea de grabar "Psicosis" más de uno de sus amigos, conocidos y productores rechazaron la idea al considerar que era novela demasiado macabra y que se alejaba mucho del estilo del propio director, el cual había tenido un exito reciente ("Con la Muerte en los Talones") y, a pesar de las criticas de sus compañeros de profesión, estaba teniendo exito con la serie "Alfred Hitchcock Presenta". Lo cierto es que quería probar algo diferente y consiguió ser muy reconocido por la obra aún cuando no tuviera el favor de la critica aquel año de 1960. 
 

Más allá de algunas cosas relativamente importantes como que la protagonista vilmente asesinada por el trastornado Norman se llama Mary (y no Marion), que se nos presenta cómo Mary conoce a Sam o lo gran aficionado que es Norman a las lecturas y su querencia/conocimiento de las artes oscuras, la película es practicamente un calco de la novela original, ambientada en una época donde el asesinato en serie era tratado con estupefacción por el público (dada la britalidad de los mismos). Uno de ellos inspiró a Robert Bloch para su Psicosis y presentarnos a su Norman y aquella madre a la que todo el mundo creía viva. Me refieron al caso de Ed Gein (para saber más...).
Y es precisamente el horror de esta novela lo que atrae a todo el que la lee y lo que debió atraer a Hitchcock cuando llegó a sus manos. La psicosis, el horror de un hombre atrapado por una madre a la que todos (incluído el lector) cree viva y que hasta en su mente conversa y discute con ella. La pesadilla de Mary y de todos los que se encontraron con Norman Bates y su motel; el motel de los horrores.

La cochinilla

Hubo una época en la que el cultivo de la cochinilla salvó la vida a más de una familia canaria. La cochinilla es el resultado de la desecación natural de las hembras adultas del insecto hemíptero de la familia de los cóccidos  conocido tradicionalmente como cochinilla (su nombre científico es Dactylopius coccus), el cual, tras ser recolectado de las palas de la tunera es usado para la extracción de un colorante natural de tonalidad rojiza o carmín, que fue durante mucho tiempo muy reconocido y utilizado por todo el mundo, llegando hasta las cortes europeas. 
 
 
El cultivo de la cochinilla en las Islas Canarias se introduce en el primer tercio del Siglo XIX en que una época en la que se plantea la sustitución del motor económico que representaron los cultivos del azúcar (para saber más...) y la vid (para saber más...), los cuales habían perdido con respecto de otros competidores muchos más baratos como Portugal en el caso del vino y América y las Antillas en el caso del azucar.  Es verdad que dicha época coincide con el auge de la industria textil en el viejo continente, el cual demandaba todo tipo de sustancias tintóreas, destacado muy especialmente el carmín.
 
Secadero de cochinilla

La Real Sociedad Económica de Amigos del País de Santa Cruz de Tenerife, el canónico de La Laguna don José Quintana Estévez y don Santiago de la Cruz hicieron posible que el cultivo de la cochinilla se introdujera en la isla de Tenerife para a continuación propagarse por todo el Archipiélago, dado el buen clima existente en las islas. 
Los años 40, 50 y 60 fueron los más importantes para el cultivo de la cochinilla y la exportación del tinte a países como Inglaterra, que inicialmente fue el cliente principal, para alcanzarse acuerdos de comercio con otras naciones como la francesa. El poseer plantaciones de cochinilla era garante de prosperidad, cambiándose incluso por el dinero en forma de trueque, pero todo tiene su fin. La llegada de los sintéticos o colorantes artificiales (de coste mucho más bajo que el de la cochinilla) hizo que el cultivo de la misma pasara a ser menos importante tal y como le había pasado al azucar y al vino años atrás.

martes, 6 de octubre de 2020

La Familia de Carlos IV (por Goya)

Esta obra representa toda una época. Gran retratista donde los haya, Francisco de Goya demostró con la Familia de Carlos IV que era uno de los mejores pintores no sólo de su época, sino de la historia del arte en España.
 

Pintor de cámara desde 1789, se tiene constancia que Goya comenzó a pintarla sobre 1800, acabandola en 1801, era la primera creación en la que retrataba a un grupo de personas, por lo que era todo un reto para el pintor (al fondo lo vemos precisamente). 
¿Quiénes aparecen? En el centro Carlos IV y la Reina María Luisa de Parma que con la mano izquierda coge al Infante Francisco de Paula y apoya el brazo derecho en el hombro de la Infanta María Isabel. También aparecen varios hermanos del Rey (Carlos María Isidro cuya confrontación con los isabelinos motivo el estallido de las guerras carlistas y Antonio Pascual), Luis de Parma, la hija mayor del Rey (Carlota Joaquina) y el entonces Príncipe de Asturias (el futuro Fernando VII) y una Príncesa que se ha identificado como la prometida de éste. Una obra magnifica que podemos disfrutar en el museo del Prado.

Egipto... de cine

Que Egipto ha provocado fascinación desde hace siglos es más que una evidencia, destacando muy especialmente gracias a las investigaciones llevadas a cabo durante el Siglo XX, pero cuyo interes se inició cuando Napoleón redescubrió el país de las piramides. A tal fascinación no escapó la mirada del cine desde sus comienzos e incluso Méliès ya hizo su propia visión de Cleopatra.
 

Con las películas sobre Egipto pasa como con todas las películas que pretenden ser históricas: no sabemos con exactitud que hay de real o no sobre lo que se nos muestra en las mismas en torno a su sociedad, los carros de combate, su estructura organizativa e incluso sobre Faraones, destacando muy especialmente los Ramses II de turno (el Faraón del Exodo según algunos) o Cleopatra (Cleopatra VII para más señas), que ya de por si era un personaje atrayente , pero que el séptimo arte se encargo de mitificar deslumbrandonos con su extraordinaria belleza bajo el rostro de la obra perdida de Theda Bara (con ese estilo vamp característico), Claudette Colbert, Vivien Leigh, Sophia Loren y la siempre recordada actuación de Liz Taylor entre otros rostros reconocidos).
 

También es destacable que Egipto no sólo ha estado presente en el cine estadounidense siempre tan propenso al termino superproducción. Así tenemos películas sobre Egipto alemanas, polacas (la fenomenal "Faraón"), inglesas, italianas (el péplum hizo lo suyo) e incluso los franceses con su Asterix entraron en contacto con Cleopatra en la fenomenal cinta animada basada en la historieta. 
Para homenajear a las películas sobre el Antiguo Egipto he realizado una lista de las que, en mi opinión, son las mejores películas, poniendo entre parentesís el país de la obra, el cineasta que la dirigió y el año de producción.

Las mejores películas sobre Egipto
1. Los Diez Mandamientos (Estados Unidos, Cecil B. DeMille, 1959)
 

2. Cleopatra (Estados Unidos, Joseph L. Mankiewicz, 1963)
 

3. Faraón (Polonia, Jerzy Kawalerowicz, 1966)
 
 
4. Tierra de Faraones (Estados Unidos, Howard Hawks, 1955)
 
 
5. Sinuhe el Egipcio (Estados Unidos, Michael Curtiz, 1954)
 
 
6. Cleopatra (Estados Unidos, Cecil B. DeMille, 1934)


7. Nefertiti, Reina del Nilo (Italia, Fernando Cerchio, 1961)
 

8. El Sepulcro de los Reyes (Italia, Fernando Cerchio, 1960)


9. Asterix y Cleopatra (Francia, René Goscinny y Albert Uderzo, 1968)


10. La Mujer del Faraón (Alemania, Ernst Lubitsch, 1922)
 

¿Dónde está el pájaro?

Es evidente que la gran mayoría conocemos el Halcón Maltés por sus adaptaciones al cine y muy especialmente la de Bogart, opera prima de John Huston. No es de extrañar: hay mucho de cinematográfico en las obras de Hammett. En la obra entra en suspense, asesinatos y demás y todo por la codicia de unas personas que buscan un simple pájaro como diría Spade.
 

El Halcón Maltés es una supuesta estatuilla incrustada de piedras preciosas que los caballeros de la Orden de Malta regalaron al emperador Carlos V en 1530 y que tras un tiempo circulando de mano en mano, se ha dado por perdida.
Ubicada en la ciudad de San Francisco, nosotros seguimos los pasos de Spade y podríamos decir que estamos tan perdidos como él ante la caterva de personajes que buscan el pájaro, pasando de un simple caso donde su socio tiene que seguir los pasos del amante de la hermana de su cliente (Ruth Wonderly) a, tras la muerte de éste, ir descubriendose poco a poco partes de la trama y complicandose la resolución de la misma, algo muy habitual precisamente en las obras de Hammett.
 

Publicada en 1930, El Halcón Maltés es una de las novelas más reconocidas de Dashiell Hammett en una época donde la novela negra.

Pantalón negro... ¡No!

A Pedro Parages, entonces Presidente del Real Madrid, no le hizo mucha gracia, pero... el año 1925 los defensas titulares del club, Patricio Escobal y Félix Quesada, tras un viaje a Inglaterra, se quedaron sorprendidos del maravilloso juego de un club inglés: el Corinthian Football Club, un club de Londres, cuya vestimenta era camisa blanca, pantalón negro y medias negras. Fue tal la admiración hacía tal club inglés que propusieron un cambio de uniforme, pasando del pantalón blanco de toda la vida al pantalón negro.
 
 
La cosa fue en un principio muy bien y eso, a pesar de que la temporada 1925/26 del Campeonato Regional Centro se inició con un empate a cero ante el Racing de Madrid. La confrontación fue con los rivales colchoneros en un año en la que tanto el campeón como subcampeón se clasificaban para la Copa de España. Las dos victorias ante Athletic de Madrid (2-0 y 0-1) dictaron sentencia, haciendo que la derrota de la última jornada ante la Gimnastica (4-2) fuera intrascendente. 
Se tenía gran esperanza en la Copa (título que no ganaban desde 1917) y en fase de grupos se superó a Sevilla y Real Murcia. En Cuartos de final se enfrentarían Real Madrid y Barcelona (duelo que no tenía lugar desde aquel lejano 1916 con escandalo incluido, origen de las hostilidades entre ambos clubes (para saber más...). El club blanco contaba contaba aparte de los mencionados Quesada y Escobal, con futbolistas del carisma de Félix Pérez, Monjardín, Del Campo y Uribe, mientras los azulgranas tenían a los Samitier, Piera, Alcantara y tantos otros grandes futbolistas de su tiempo. 
 
Pedro Parages

El duelo podría haber sido más equilibrado si a los defensas Escobal y Quesada no se les hubiera ocurrido aplicar mal la táctica del fuera de juego intentando que cada vez que Samitier pasaba al centrodelantero, ambos se adelantaban un paso para dejarlo en offside, pero no estaban bien coordinados y uno tras otro llegaron los goles de los barcelonistas sin oposición. En Chamartín se perdió 1-5 y en Les Corts por 3-0. A cada pase que daba el mago Samitier, ni Escobal, ni Quesada pudieron hacer nada. Manos a manos que se convirtieron en goles y, de hecho, si no llega a ser por la actuación del portero Martínez, podrían haber sido muchos más. 
Cuentan que Parages entró muy enfadado en los vestuarios y en lugar de echarle la culpa a los jugadores (especialmente a los defensas), se la echo al mal fario de los uniformes corinthianos y le ordenó al encargado del material que se deshiciese de ellos. Para el año siguiente, el Real Madrid recuperó su tradicional vestimenta blanca, desterrando para siempre el pantalón negro. Cabe decir que el club cambió las medias negras (tradicionales desde el inicio) por las blancas en 1955.
PD: el buen juego del Corinthians inglés llegó hasta Brasil hasta el punto de que se fundó el club brasileño del Corinthians.

¿Qué era un sarraceno?

Sarracenos era como denominaban de forma generica los cristianos del medievo a los musulmanes sobre todo en la época de las cruzadas o la lucha por Tierra Santa. El origen de dicho término es incierto. 
 

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua dice que deriva de la palabra latina sarracēni, y ésta a su vez de la aramea rabínica sarqīn, que significa "habitantes del desierto", lo que parece confirmar la historia de que los sarracenos originales (por así decirlo) eran una serie de tribus de origen arabe provenientes del desierto y de caracter belicoso, de las que de una de las mencionadas tribus (los Koreichitas) pertenecía Mahoma. La primera fuente conocida de la utilización del término es la "Geographia" de Claudio Ptolomeo del Siglo II d. C. (anterior, por lo tanto, a las revelaciones a Mahoma) que nombra Sarakene a la región entre Egipto y Palestina al norte del Sinaí, denominada así por hallarse allí la ciudad de Saraka, mencionando al pueblo de los sarakenoi, habitantes del noroeste de Arabia.
 

Sarraceno fue una de las muchas denominaciones que les dimos a los musulmanes, encontrandose entre ellas el de mahometanos, ismaelitas (ya que eran descendientes de Ismael, primer hijo de Abraham), agarenos e incluso moros, aunque este último no está del todo bien dicho, ya que los moros eran los originarios de Mauritania al igual que los arabes eran originarios de Arabia y no necesariamente son musulmanes. Palabras como Islam o musulman para referirnos a los que seguían la ley de Mahoma no se introdujo en las lenguas europeas hasta el Siglo XVII.