Desde 1700 era Rey de España el nieto de Luis XIV de Francia, Felipe de Borbón bajo el nombre de Felipe V. Pero durante sus primeros hubo una guerra (entre 1701 y 1713) entre los partidarios de los Borbones y los partidarios del Archiduque Carlos, que pretendían que la dinastía de los Austrías siguiera reinando en el país. La dicotomía entre el Estado centralizado que proponían los Borbones y la autonomía seguida hasta entonces por los Austrías estaba ahí. Finalmente ganaron los Borbones. El Estado centralizado triunfó y con ello determinadas regiones que apostaron por el Achiduque habían fracasado.
Todavía con la guerra en curso, Felipe V promulgó una serie de decretos que son conocidos como Decretos de Nueva Planta, destinado a poner fin a la estructura de la Monarquía Hispánica de los Austrias, que ponía en la cuerda floja a las regiones que habían ido con los derrotados ante la posibilidad cierta de perder sus privilegios.
En este caso los perjudicados fueron las regiones que conformaban la Corona de Aragón. Así quedaron abolidas las leyes e instituciones propias del Reino de Valencia y del Reino de Aragón el 29 de Junio de 1707, del Reino de Mallorca el 28 de Noviembre de 1715 y de Cataluña el 16 de enero de 1716, aunque (en contra de lo que se ha dicho) fue la época en la que más se defendió el catalán, saliendo gran cantidad de publicaciones de defensas de la lengua, así como diccionarios y libros.
Se implantó el absolutismo y en definitiva las antiguas regiones de la Corona de Aragón perdieron sus instituciones político-administrativas, manteniendo un derecho propio e incluso sus tributaciones eran distintas a las de Castilla, que tuvo su propio Decreto de Nueva Planta, aunque en este caso era una reforma en torno a la administración y sus tribunales. Muchos dicen que, aunque la idea de España como una administración única es anterior (aunque determinadas regiones conservaban sus propias administraciones, todas estaban bajo una sola persona en lo que es una suerte de Estado Federal o seudofederal), con los Decretos de Nueva Planta y la visión centralizadora de los Borbones el concepto de España no estaba tan difuso.
Todavía con la guerra en curso, Felipe V promulgó una serie de decretos que son conocidos como Decretos de Nueva Planta, destinado a poner fin a la estructura de la Monarquía Hispánica de los Austrias, que ponía en la cuerda floja a las regiones que habían ido con los derrotados ante la posibilidad cierta de perder sus privilegios.
Felipe V de España |
En este caso los perjudicados fueron las regiones que conformaban la Corona de Aragón. Así quedaron abolidas las leyes e instituciones propias del Reino de Valencia y del Reino de Aragón el 29 de Junio de 1707, del Reino de Mallorca el 28 de Noviembre de 1715 y de Cataluña el 16 de enero de 1716, aunque (en contra de lo que se ha dicho) fue la época en la que más se defendió el catalán, saliendo gran cantidad de publicaciones de defensas de la lengua, así como diccionarios y libros.
Se implantó el absolutismo y en definitiva las antiguas regiones de la Corona de Aragón perdieron sus instituciones político-administrativas, manteniendo un derecho propio e incluso sus tributaciones eran distintas a las de Castilla, que tuvo su propio Decreto de Nueva Planta, aunque en este caso era una reforma en torno a la administración y sus tribunales. Muchos dicen que, aunque la idea de España como una administración única es anterior (aunque determinadas regiones conservaban sus propias administraciones, todas estaban bajo una sola persona en lo que es una suerte de Estado Federal o seudofederal), con los Decretos de Nueva Planta y la visión centralizadora de los Borbones el concepto de España no estaba tan difuso.
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