sábado, 5 de noviembre de 2016

El hombre lobo canario

"Su cara y su cuerpo esta recubierta por una fina capa de pelo, de unos cinco dedos de largo (9 cm.) y de color rubio oscuro, mas fina que la de una 'marta cibellina' y de olor bueno, si bien la cubierta de pelo no es muy espesa, pudiéndose apreciar bien los rasgos de su cara"
Giulo Alvarotto

Nadie sabe como pudo este hombre llegar a Francia, pero lo cierto es que nació en la isla de Tenerife poco después de terminada la conquista, siendo descendiente de menceyes guanches. Su nombre real era Pedro González, pero lo cierto es que una vez se halló en las cortes francesa e italiana fue conocido como Petrus Gonsalvus, por una latinización de su propio nombre.


La cara toda cubierta de pelo hizo que Gonsalvus se convirtiera en toda una rareza, una muestra exotica en países que veían al ser como una curiosidad exótica procedente de tierras lejanas. Dada su extraña condición de ser peludo, fue conocido como "Salvaje Gentilhombre de Tenerife" o el "hombre lobo canario", aunque ni mucho menos fue tratado como un monstruo al que había que encarcelar. Al parecer tuvo gran relevancia en la corte de Francia, hasta el punto de que el Rey se propuso desterrar su lado salvaje e inculcarle una buena educación y costumbres sociales refinadas, estudiando humanidades y latín, lengua que se consideraba la más alta expresión de cultura, reservada unicamente para la aristocracia.


Pedro González llegó a casarse con una bella parisina de la que sólo se sabe el nombre, Catherine, y que posiblemente fue dama de compañía de la reina Catalina de Médicis, naciendo de esta unión seis hijos, tres niños y tres niñas de en los que dos se repitió la curiosa extrañeza de su padre a la que las creencias de algunos adjudicaba algún pecado de los progenitores de éste, que hacía que tuviera tal aspecto. Las creencias en el hombre lobo estaban latentes en la vieja Europa y puede que por eso fuera visto con cautela por algún sector. 

Antonietta Gonsalvus, una de sus hijas

A la muerte de Catalina de Médicis, el Duque de Mayenne cede a tan singular familia al duque de Parma, Ranunccio Farnese, y es aquí cuando Don Pedro González y su familia comienzan su etapa italiana, llegando a morir dentro de la vida cortesana itálica con la nada desdeñable cifra de 80 años. 


Hoy en día, se sabe que padecía la enfermedad de la hipertricosis, que le hacía tener un exceso de vello, excepto en las palmas de las manos y los pies, viéndose como se creía entonces como una especie de hombre lobo. Una anécdota muy llamativa es que se cree que que el matrimonio entre Petrus Gonsalvus y su Gran Amor, Catherine, inspiró el famosisimo cuento de hadas "La Bella y la Bestia". Sea cierto o no, parece que lo del llamado hombre lobo canario no fue ni mucho menos una maldición. 

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