Hay que reconocerlo. Cualquiera (y no sólo Dustin Hoffman) hubiera caído bajo el influjo de aquella señora Robinson, que literalmente nos enamoró. Pero antes de eso, Anna Maria Louisa Italiano ya era una actriz consagrada no sólo en el cine, sino en el teatro donde comenzó artísticamente. Todos la conocimos bajo el nombre de Anne Bancroft.
Hija de inmigrantes italianos, Bancroft destacó en el teatro neoyorquino, con notables actuaciones, siendo alavada por la crítica. Uno de sus últimos papeles encima de las tablas fue "El Milagro de Anna Sullivan" sobre una maestra que intentará enseñar a comportarse a una niña, que debido a una enfermedad que tuvo cuando era un bebe, creció ciega, sorda y muda. Ni que decir que la actuación de Bancroft fue tan sublime que fue contratada para la rodar la película basada en dicha obra.
Con la obra de cine volvieron a repetirse los elogios (probablemente sea una de las mejores actuaciones femeninas de la historia del séptimo arte) hasta el punto de que ganó el Oscar a Mejor Actriz Principal, algo que no era ni mucho menos fácil, ya que competía con Bette Davis en su papel de "¿Qué fue de Baby Jane?".
Ya cuando rodó esta película, se había divorciado. Y fue precisamente después de esta película cuando se casó con Mel Brooks. Brancroft, por su parte, volvió a estar nominada 4 veces más al Oscar, pero no volvió a conseguir la preciada estatuilla.
Lo que si se ganó el corazón de todos con la señora Robinson seduciendo a un joven Dustin Hoffman, aunque la cosa es que ella sólo tenía 4 años más que él, pero poco importa... siguio haciendo muy buenas películas con grandes actuaciones. La señora Bancroft ya era muy grande.
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