Había tenido mucha mala suerte Perico Delgado en los Tours de Francia. En su primer tour una ingesta de comida en mal estado cuando iba 2º impide que compita por la victoria. En su segundo tour una caída hace que se rompa la clavícula y tenga que abandonar. En otro tour, el dolor por la muerte de su madre cuando estaba compitiendo hace que no pueda dar lo mejor de si y se hunde. En todos ellos, había empezado muy mal, pero había remontado hasta estar en puestos de podio, pero algo fatal le había impedido llegar a París al menos entre les primeros. Para el tour de 1988 era de los favoritos... ¿lo conseguiría?
Parecía que iba a ser la buena. Se mostró el más regular durante los primeros días de competición (a diferencia de otras ediciones donde tuvo que remontar), y
aunque la mala suerte volvía a hacer aparición en la 5ª etapa (perdiendo más un minuto respecto a los favoritos a causa del corte
producido por una caída), la cosa cambió al día siguiente, en la 1ª contrarreloj, cuando las
condiciones climatológicas se aliaron con Perico para que marcase
un tiempo mejor que el de la mayoría de los favoritos. Sería en el mítico Alpe d'Huez donde saldría con el maillot amarillo. Todo parecía sonreirle a falta de una semana para que acabase el tour, pero...
... se filtró por organismos interesados que había habido un positivo de un corredor. El director de la carrera filtró a los medios oficiales un supuesto positivo del corredor en un control antidopaje, sin
comunicar la sustancia (algo ilegal). Cuando se realizó el comunicado oficial, se comprobó que se trataba de la sustancia probenecida, cuyo uso podría utilizarse para enmascarar la ingesta de anabolizantes y que estaba recogida como sustancia prohibida por el COI pero no por la UCI
(Unión Ciclista Internacional). ¿Qué estaba en favor del corredor?
Al parecer la probenecida desaparece del organismo en 8 horas, mientras los
anabolizantes pueden ser detectados hasta 120 días después de su uso,
lo que hace que hubiera tenido que tomar la tal probenecida continuamente y en la
orina del corredor (que pasó controles todos los días al ser el
líder), no se encontró de nuevo la sustancia, ni por supuesto
rastro de anabolizantes. Lo que parecía evidente es que desde la organización del tour se había actuado de mala fe con el objeto de que Perico pudiese tan siquiera salir y por ende optar a ganar una edición que estaba dominando.
Al final salió, ganando la más importante vuelta de las dos ruedas, siendo el tercer español que conseguía subir a lo más alto del podio en París, tras Federico Martin Bahamontes y Luis Ocaña. Luego como todo el mundo sabe llegaría el gran Indurain. Pero ni aún habiendo ganado, Perico estuvo "tranquilo". Durante la celebración del triunfo... ¡perdió el maillot amarillo! ¡Perico a pesar de la adversidad!
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