lunes, 20 de agosto de 2018

Y la Reina era Arantxa

Era la menor de una familia con gran afición tenística con dos hermanos, Emilio y Javier, los cuales ya habían destacado en las pistas, pero el terremoto lo provocó ella. En una época donde el tenis femenino estaba en pañales, nos encontramos en el año 1989. Cuando era tan solo la 10ª del mundo (cosa que tampoco estaba mal) y muy conocida en el circuito, derrotó a ni más, ni menos que la número 1 del mundo Steffi Graf en la final de Roland Garros. Con esta victoria, además, se convertía en la jugadora más joven hasta ese momento en ganar el Abierto de Francia de Tenis con 17 años (Monica Seles el año siguiente lo ganó con tan sólo 16 años). En ese momento el tenis tenía una nueva Reina y se llamaba Arantxa Sánchez Vicario. 


Arantxa una competidora nata, se convirtió en uno de los referentes del deporte español no sólo con sus victorias, sino por ser una mujer que hizo que muchas chicas optaran por darle a la raqueta. Antes de ella habían habido muchas, pero ella le dio una relevancia al tenis femenino en España. 


A nivel individual ganó tres Roland Garros y un Abierto de los Estados Unidos, mientras en dobles ganó tres Abiertos de Australia, un Torneo de Wimbledon y dos Abiertos de los Estados Unidos, contando además con una Plata (1992) y Bronce (1996) tanto individual como en dobles en los Juegos Olímpicos.


Arantxa se convirtió en la número 1 del mundo en la categoría individual en 1995 (durante doce semanas), mientras era primera en la categoría de dobles, convirtiéndose en la segunda jugadora en la historia (la primera fue Martina Navratilova en 1987) en ser de forma simultanea la número 1 en ambas categorías.


No es de extrañar que recibiera el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes en 1998. Su pronta retirada (a principios del Siglo XXI) nos impidió disfrutar de una mujer que llevó al tenis español al pináculo de la Gloria. Y es que entre otros grandes como Manolo Santana y Rafa Nadal, la Reina fue Arantxa.  

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