"[...] He oído también contar de un arquitecto arqueólogo que pretendía derribar una basílica del siglo X, y no restaurarla, sino hacerla de nuevo como debió haber sido hecha y no como se hizo. Conforme a un plano de aquella época que pretendía haber encontrado. Conforme al proyecto del arquitecto del siglo X. ¿Trompeta? Desconocía que las basílicas se han hecho a sí mismas saltando por encima de los planos, llevando las manos de los edificadores. También de una novela, como de una epopeya o de un drama, se hace un plano; pero luego la novela, la epopeya o el drama se imponen al que se cree su autor. O se le imponen los agonistas, sus supuestas criaturas. Así se impusieron Luzbel y Satanás, primero, y Adán y Eva, después, a Jehová. ¡Y ésta sí que es nivola, u opopeya o trigedia! Así se me impuso Augusto Pérez. Y esta trigedia la vio, cuando apareció esta mi obra, entre sus críticos, Alejandro Plana, mi buen amigo catalán. Los demás se atuvieron, por pereza mental, a mi diabólica invención de la nivola. Esta ocurrencia de llamarle nivola –ocurrencia que en rigor no es mía, como lo cuento en el texto– fue otra ingenua zorrería para intrigar a los críticos. Novela y tan novela como cualquiera otra que así sea. Es decir, que así se llame, pues aquí ser es llamarse. ¿Qué es eso de que ha pasado la época de las novelas? ¿O de los poemas épicos? Mientras vivan las novelas pasadas vivirá y revivirá la novela. La historia es resoñarla"
Prólogo de "Niebla", Miguel de Unamuno
Este libro es fiel reflejo de los problemas existenciales de don Miguel de Unamuno, que no eran otros que los de una España de capa caída, la cual quiere buscar su sitio, pero no lo encuentra. ¿Acaso todo es ficción?
Augusto Pérez es una persona que tiene una vida anodina, de los más normal hasta que se ve afectado por el Amor, lo que hace que se cuestione su propia vida. Su novia Eugenia
huye con otro hombre, tras haber rechazado él a Rosario, una joven que le había jurado eterno.
En un giro llamativo de la novela, Augusto decide ir a la casa del mismísimo Unamuno, reconocido escritor, para que le aconseje. El autor/personaje le confiesa que él es tan solo su creador. Todo es una ficción y que al ser su creador, puede matarlo cuando quiera. Augusto, que no da crédito, en su defensa llega a decir que incluso el propio Unamuno puede también ser un personaje novelesco de alguien y que éste también puede acabar con su vida. Todo lo envuelve la niebla que lo consume.
Estamos dentro de la nivola, un concepto creado por el propio Unamuno en "Niebla", por la cual dicha palabra no es más que el rechazo del autor hacia los principios de la novela
realista. Así, la caracterización psicológica de los personajes es practicamente nula, el contenido es más importante que la forma, la narración omnisciente en tercera persona... Unamuno es el autor/personaje de su propia nivola.
"Niebla" es la primera obra que me leí de Unamuno y de hecho tiene un significado especial para mi, puesto que la compre en la mismísima ciudad de Bilbao, lugar de nacimiento del propio Unamuno, uno de los grandes representantes de la cultura española.
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