Lo que el ojo ve... o quiere ver. En cierta medida estamos hablando del misterio de las apariencias, que nos hacen dudar de si lo que estamos viendo es verdad o es un juego de nuestra mente, la cual ve a través de nuestros ojos. Ahí es donde entran las pareidolia.
Una pareidolia (palabra que deriva etimológicamente del griego eidolon (εἴδωλον): "figura" o "imagen" y el prefijo para (παρά): "junto a" o "adjunta") es un fenómeno psicológico donde una imagen o sonido es percibida por error como una forma reconocible.
Una pareidolia que vemos todos los días son las formas de las nubes, que pueden asemejarse a cosas o animales (clásico), pero hay muchas y diversas: visión de rostros en las cimas de montañas, visión de rostros en aparatos o edificios, visión de personas o siluetas en el pavimento (algunos dicen que las famosas caras de Bélmez son un ejemplo), audición de mensajes reconocibles en grabaciones en idiomas extraños o que parecieran provenir del más allá, avistamientos de ovnis, fantasmas u otros fenómenos paranormales, visión de imagenes religiosas en objetos cotidianos y un largo etcétera.
Nunca sabremos con exactitud si determinadas imagenes son reales o fruto de nuestra imaginación, pero si que gran parte de ellas están en nuestra mente y que una imagen vista por dos personas diferentes puede tener interpretaciones diferentes. Así tenemos el reconocido test de Rorschach, utilizado por los psicólogos.
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