Novela sobrecogedora sin lugar a dudas... pero necesaria. Escrita para que quedara constancia de lo terrible que fue para la sociedad vasca aquellos años de plomo en la que ETA no sólo asesinaba o pedía el tristemente famoso impuesto revolucionaria, sino que muchas de los propios vascos, los cuales no estaban dentro de la organización tanto a nivel político como militar, pero que en cierta medida con su temeroso silencio o su apoyo expreso ayudaron a que el odio formara parte del día a día de una sociedad en las que los funerales por las víctimas tenían que ser a escondidas como para no ofender a los asesinos o a sus apoyos y eran enterrados en otro sitios para evitar profanaciones de tumbas, mientras los terroristas que morían (según ellos por la actuación policial) eran enterrados con todos los honores.
Y todo esto afecto a familias y amigos. Gente que trataba a alguien señalado por los etarras, dejaron no sólo de tratarlo, sino que ni los miraban; pintadas continuas contra esa persona; odio profundo, pero... ¿cuál es el argumento de Patria (nombre significativp dicho sea de paso)?
Tras el enesimo alto el fuego de ETA (en este caso en el año 2011), Bittori vuelve a su pueblo después de varios años y al que no había vuelto desde que asesinaron a su marido, el Txato, empresario local, mientras se nos presenta a la familia de Miren, antaño amiga de Bittori, cuyo hijo está en la carcel por pertenecer a ETA. Ambas familias fueron separadas por el odio y Bittori, que nunca se metió en política, comprueba como Miren se radicaliza aún más hasta el punto de que poco a poco se irán separando. Todo confluye en hacerle la vida imposible al Txato (primero las cartas exigiendo el "impuesto revolucionario" y después las pintadas, así como otras cosas más).
Resulta curioso el ambiente claustrófobico de un pueblo que está con los asesinos y lo que ellos llaman "lucha armada", entrando incluso la propia Iglesia en defensa de esa causa siniestra a la que ven como una guerra en la que no sólo mueren policias o guardias civiles, sino personas civiles que tuvieron la "mala suerte" de encontrarse con la muerte. Todo el mundo ve una provocación la vuelta de Bittori, que sin embargo, a pesar de lo que le hicieron a su familia, buscará respuestas no desde el odio, sino desde la reparación.
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Resulta curioso el ambiente claustrófobico de un pueblo que está con los asesinos y lo que ellos llaman "lucha armada", entrando incluso la propia Iglesia en defensa de esa causa siniestra a la que ven como una guerra en la que no sólo mueren policias o guardias civiles, sino personas civiles que tuvieron la "mala suerte" de encontrarse con la muerte. Todo el mundo ve una provocación la vuelta de Bittori, que sin embargo, a pesar de lo que le hicieron a su familia, buscará respuestas no desde el odio, sino desde la reparación.
Gran parte del relato mezcla los flashbacks con el tiempo presente, mostrándonos diferentes momentos que nos involucraran dentro de una historia terrible en la que no ganó nadie y perdieron todos y muy especialmente aquellos que fueron victimas del odio más terrible. Un muy buen libro de Fernando Aramburu.
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