domingo, 9 de diciembre de 2018

Clásicos Inmortales: La Gran Ilusión

La primera obra maestra de Jean Renoir, esta cinta antibelicista se encuentra dentro de un contexto prebélico donde el fascismo y el nazismo tenían los cuchillos en alto. Una obra peligrosa para los regimenes totalitarios hasta el punto de que fue censurada en Italia, en Bélgica no se estrenó y fue nombrada enemiga cinematográfica nº1 por el Ministro de propaganda de la Alemania nazi, Joseph Goebbels. 


Nos encontramos en la Primera Guerra Mundial. Dos aviadores franceses, el aristocrático Capitán de Boeldieu (Pierre Fresnay) y el Teniente perteneciente a la clase trabajadora, Maréchal (Jean Gabin), partieron en un vuelo para examinar un sitio, ya que las fotografias del mismo están borrosas, pero son derribados por un aviador y aristócrata alemán, Rittmeister von Rauffenstein (Erich von Stroheim), y ambos son hechos prisioneros por las fuerzas terrestres alemanas. 
Al regresar a la base, Rauffenstein envía a un subordinado para averiguar si los aviadores son Oficiales y, en caso de ser así, invitarlos a almorzar. Durante la comida, Rauffenstein y Boeldieu descubren que tienen conocidos mutuos y es que, a pesar de combatir por diferentes bandos, la clase social está por encima de las naciones.  

Detrás de la guerra

Boeldieu y Maréchal son llevados a un campo de prisioneros de guerra, donde se encuentran con un nutrido grupo de prisioneros franceses y realizan una actuación de vodevil justo después de que los alemanes tomaron Fort Douaumont en la grandiosa batalla de Verdún. 
Durante la actuación, llega la noticia de que los galos han recapturado el fuerte. Maréchal interrumpe el espectáculo, y los prisioneros irrumpen cantando la Marsellesa. Como resultado de la interrupción, Maréchal se encuentra en régimen de aislamiento, sufriendo por la falta de contacto humano y el hambre. El fuerte cambia de manos una vez más, mientras está preso. Boeldieu y Maréchal también ayudan a sus compañeros a cavar un tunel para escapar. No obstante, antes de completar su misión, todos se transfieren a otros campamentos.


Boeldieu y Maréchal son trasladados de un campamento a otro, llegando finalmente a Wintersborn, una prisión en la montaña, comandada por Rauffenstein, el cual ha sido tan gravemente herido en la batalla en la que fue ascendido, pero se le dio un puesto.


En Wintersborn, los dos se reúnen con un compañero prisionero, Rosenthal (Marcel Dalio), del campamento original. Rosenthal es un judío francés adinerado, hijo de padre polaco y madre danesa, que comparte los paquetes de alimentos que recibe. A Boeldieu se le ocurre una idea, después de observar cuidadosamente cómo responden los guardias alemanes a una emergencia. Se ofrece como voluntario para distraer a los guardias durante los pocos minutos necesarios para que Maréchal y Rosenthal escapen.
Después de una conmoción organizada por los prisioneros, se ordena a los guardias que los reunieran en el patio de la fortaleza. Durante la votación nominal, se descubre que falta Boeldieu. Da a conocer su presencia en lo alto de la fortaleza, alejando a los guardias alemanes en su persecución. Tanto Maréchal como Rosenthal aprovechan la oportunidad para bajarse de una ventana con una cuerda hecha en casa y huir.


Rauffenstein evita que los guardias disparen a Boeldieu con sus rifles y suplica a su compañero aristócrata que se rinda. Boeldieu se niega, y Rauffenstein le dispara a regañadientes con su pistola, apuntando inicialmente a sus piernas y después golpeándolo en el estómago. Atrapado en sus últimos momentos por un afligido Rauffenstein, Boeldieu se lamenta de que su utilidad para la sociedad (como aristócratas) terminará con esta miserable guerra. También se compadece de Rauffenstein, que tendrá que encontrar un nuevo propósito en el orden social emergente que saldrá después del conflicto.


Maréchal y Rosenthal viajan por el campo alemán, tratando de llegar a la cercana (y neutral) Suiza. Rosenthal se lesiona el pie, frenando a Maréchal. Se pelean y se separan, pero Maréchal regresa para ayudar a su camarada. 
Se refugian en la modesta granja de una mujer alemana, Elsa (Dita Parlo), la cual perdió a su esposo en Verdún, junto con tres hermanos, en batallas que, con pasmosa ironía, ella misma describe como "nuestras mayores victorias". Ella los recibe y no los entrega a una patrulla militar alemana que pasa. Maréchal comienza a enamorarse de ella, y ella de él, pero ellos tienen que irse una vez que Rosenthal se recupera de su lesión. Maréchal declara su intención de regresar para Elsa y su hija, Lotte, después de la guerra.

Volverá
Una patrulla alemana observa a los dos fugitivos cruzando un valle cubierto de nieve. Los soldados disparan, pero posteriormente el líder de la patrulla les ordena que cesen el fuego, diciendo que los dos han cruzado a Suiza. Han alcanzado su objetivo


Obra extraordinaria con una análisis humano de la guerra, triste y sensible donde las diferencias sociales aún en la guerra están presentes. Las consecuencias serán y son importantes para el devenir de la guerra. Fue la primera película francesa en ser nominada al Oscar a la Mejor Película de habla no Inglesa.

Ficha

Dirección
Jean Renoir
Producción
Albert Pinkovitch
Frank Rollmer
Guión
Jean Renoir
Charles Spaak
Música
Joseph Kosma
Fotografía
Christian Matras
Montaje
Marguerite Renoir
Renée Lichtig

Otros datos

País
Francia
Año
1937
Género
Drama, Bélico
Duración
120’

Protagonistas

Actor
Personaje
Jean Gabin
Teniente Maréchal
Marcel Dalio
Teniente Rosenthal
Pierre Fresnay
Capitán de Boeldieu
Erich von Stroheim
Capitán/Mayor von Rauffenstein
Dita Parlo
Elsa

La Marsellesa

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