No eran tiempos fáciles para las personas de color negro. Años de humillaciones; siglos de vejaciones que aún continuaban. En 1965 el Movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos organizó tres marchas de protesta entre Selma y Montgomery, ambas en Alabama. Era una muestra del deseo de los ciudadanos negros de poder hacer valer su
derecho constitucional del voto, desafiando la represión
segregacionista, muy fuerte en aquellos años y que había tenido como principal causa el resurgimiento del Ku Klux Klan y sus aquelarres raciales. El antecedente y causante de las tres marchas fue que policía disparó al civil Jimmie Lee Jackson, mientras éste estaba protegiendo a sus familiares ante un ataque de
policías montados.
En la primera, que tenía como objetivo que el Gobernador del Estado de Alabama, George Wallace,
protegiera los derechos de los electores negros, los manifestantes (unos 600) llegaron al puente Edmund Pettus
Pettusa donde fueron arrinconados por la policía y la policía montada, siendo
atacados de forma brutal. Este ataque dejó a diecisiete hospitalizados y pasó a la historia como "Domingo sangriento". Wallace se disculpó, diciendo que la marcha era una amenaza
contra la seguridad pública, por lo que los policías entraron a saco (los permisos para dicha estaban en regla).
Hubieron otras tres, cuya acogida fue tremenda y en ella resurgió la figura de Martin Luther King como gran defensor de los derechos de los ciudadanos negros bajo un lema pacífico, contrario a la violencia y que soñaba con el día en que todos los hombres nos tratáramos como hermanos. Aquel sueño...
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