martes, 7 de enero de 2014

Ni más; ni menos

Ahora que han imputado a una Infanta de España por delitos muy graves, convendría señalar una vez más si cabe que se deje actuar a la justicia y que todas las opiniones se basen en los datos judiciales y no en filtraciones sin fundamento.


Y una de las cosas que se ha de tener en cuenta es pedir toda la celeridad posible a la justicia para resolver un asunto que lleva estancado varios años. Pero con justicia precisamente. No hagamos como hacen algunos demagogos que piensan que la Infanta se la tiene que condenar si o si. Tampoco hagamos como hacen los lamec... (y lo que sigue), dispuestos siempre a defender lo indefendible.
La justicia tiene, valga la redundancia, ser totalmente justa. Que no condene a una persona por quien es, ni tampoco lo haga a la inversa. España y en concreto su justicia esta ante la posibilidad de que de una vez por todas la justicia actué con equidad. Y que si tiene que condenar condene. Y si tiene que exonerar, exonere. Pero para alcanzar tal objetivo, los medios de comunicación de todo tipo (incluida la rosa y amarilla) tiene que dejar actuar a la justicia y no crear un caldo de cultivo que condene a una persona. Y es que, independientemente de que todo este a su favor o en contra, todos y cada uno de los ciudadanos debemos tener todos nuestros derechos garantizados. Incluido el del honor. Y termino con algo que debería ser una máxima en la justicia: ningún culpable en la calle; ningún inocente en la cárcel.

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