lunes, 20 de enero de 2014

Clásicos Inmortales: Charada

Si tuviera que definir a esta película sería como todo un homenaje al misterio, a la intriga, donde vemos personajes que no son lo que parecen y parecen lo que no son. No la hizo Alfred Hitchcock, aunque tiene todos los ingredientes para ello. Su director es Stanley Donen, el cual consiguió realizar una obra llena de misterio, no exenta de algo de comedia, con tres estrellas como Cary Grant, Audrey Hepburn y Walter Matthau, destacando, además por su localización en París y la banda sonora a cargo de Henry Mancini.


Al comienzo de la película podemos ver como un cadáver es lanzado desde un tren. A continuación, se nos presenta a Regina Lampert (Audrey Hepburn), la cual pasa sus vacaciones en la estación de esquí francesa de Megève con su amiga Sylvie (Dominique Minot) y Jean Louis, el hijo de ésta. Regina (Audrey Hepburn) le cuenta a su amiga, que esta dispuesta a divorciarse de su marido Charles, ya que cree que le oculta algo.
Mientras charlan aparece un hombre que se presenta ante ellas como Peter Joshua (Cary Grant), y que les lleva a Jean Louis, el hijo de Sylvie, el cual se había extraviado. Joshua trata entablar amistad con Regina, la cual se siente atraída por él, y le cuenta que se va a divorciar, asegurándole el propio Joshua que él esta divorciado.
Cuando regresa a París, Regina encuentra su casa vacía, con todos los armarios vacíos, apareciendo entonces Edouard Granpierre, inspector de policía judicial que la lleva hasta un depósito de cadáveres, donde identifica a su marido al que asesinaron en un tren por lo que de una manera indirecta se le esta diciendo al espectador quien era el cadáver del inicio de la película.

En el velatorio

Además, le informan que el Miércoles anterior su marido vendió todos sus enseres en una subasta, obteniendo un total de 250.000 dólares. No obstante, en su departamento del tren solo encontraron una bolsa de viaje con un pasaje de barco para Venezuela, cuatro pasaportes, cada uno de un país y una carta dirigida a ella.


Cuando regresa a su piso, se encuentra con Joshua tras leer lo ocurrido en la prensa y al que le explica que deberá volver a trabajar como traductora en la EURESCO. Regina recibe una citación de la embajada de los Estados Unidos en la que el agente de la CIA, Hamilton Bartholemew (Walter Matthau), le pide que se persone ante él al día siguiente, mostrándole una vez allí una foto del año 1944, en la que esta su marido junto con tres personas más, Tex Panthollow (James Coburn), Herman Scobie (George Kennedy) y Leopold Gideon (Ned Glass) reconociendo a esos tres hombres ya que estuvieron en el funeral de su marido. Bartholemew le explica que esos tres tipos quieren encontrar los 250.000 dólares que consiguió su marido tras la venta de su piso, y que acabarán con ella si no encuentra antes que ellos dicho dinero y se lo entrega a los Estados Unidos, el cual es su legítimo dueño, pues le dijo que Charles y los otros hombres lo robaron.


Ella se cita con Joshua para pedirle ayuda, acudiendo con él a una sala de fiestas donde participan en un juego en que deben pasarse una naranja unas personas a otras desde el cuello sin utilizar las manos. Allí aparece Gideon, el cual la amenaza, por lo que corre hasta la cabina telefónica desde la que intenta llamar a Bartholomew, pero aparece Panthollow, que comienza a lanzarle cerillas encendidas a su vestido mientras la amenaza, pidiéndole el dinero.
Joshua la acompaña a su hotel, pero decide no acompañarla a su habitación, en la que se encuentra Scobie, el tercero de los hombres del funeral, el cual lleva una mano mecánica y que la amenaza, lanzando su mano contra ella. Finalmente, logra escapar y pedir ayuda a Peter.
Éste se enfrenta a Scobie, aunque el truhán logra escapar por la ventana, saliendo Peter tras él, hasta llegar a una habitación donde están reunidos los tres hombres, con los que Joshua charla, mostrandosenos que está compinchado con ellos y que también quiere el dinero. Sólo les pide que lo dejen actuar ya que la chica confía en él.
Posteriormente, regresa junto a ella, la cual le cuenta lo que buscan esos tres hombres, afirmando que solo confía en él. En ese momento, suena el teléfono, siendo Scobie quien la llama, pidiéndole que no se fíe de Joshua, diciéndole que su autentico nombre es Dyle, y que también va tras el dinero.


Asustada, llama a Bartholemew, con el que queda para hablar y, sabiendo que van tras ella le paga a un taxista para que vaya a una dirección de París, sin ella y de esta forma hacer creer a Dyle que va en el taxi.  Finalmente, llega a su cita con Barholemew, el cual le asegura que Joshua no puede ser Carson Dyle, pues este falleció hace un tiempo.
Bartholomew le explica que en 1944 cinco miembros de la O.S.S., la unidad militar de espionaje, su marido, los tres hombres que la persiguen y Dyle, recibieron órdenes de entregar 250.000 dólares en oro a la resistencia francesa, pero no hicieron tal caso ya que lo enterradon, para recuperarlo cuando finalizara la guerra guerra y repartírselo. Mientras contaron a sus jefes que los alemanes se lo habían robado. Cuando iban a desenterrarlo cayeron en una emboscada de los propios alemanes, que hirieron a Scobie en su mano y alcanzaron a Dyle, que falleció en el acto.

Bartholemew le cuenta la historia del dinero

Charles regresó al sitio donde habían escondido el oro antes que los demás, quedándose con él, aunque los otros supervivientes finalmente lo encontraron, obligándolo a huir, y acabando con él cuando se hallaba en el tren.
Ella le dice que quiere marcharse de París, pero Bartholemew le asegura que si hace tal cosa le puede ocurrir lo mismo que a su marido. Finalmente, ella acepta colaborar para tratar de desenmascarar al supuesto Dyle, al que sigue hasta una oficina de American Express, donde este trata de comprobar si tiene algún correo, llamándolo desde una de las cabinas Regina le hace ver que lo ha descubierto, pero él le asegura que sí es Dyle, pero no Carson, sino Alex, un hermano de éste y que si ha actuado de esa forma sigilosa es porque cree de que fueron los compañeros de su hermano quienes acabaron con su vida cuando rechazó unirse al plan de éstos.


Posteriormente, Scobie retiene a Dyle, llevandolo a lo alto del edificio de American Express, exigiéndole el dinero, amenazando con lanzarlo desde lo alto del edificio a la calle, aunque tras un forcejeo entre ambos es el propio Scobie el que se resbala, quedándose enganchado gracias a su mano mecánica, algo que aprovecha Dyle para huir y acercarse a la habitación de Reggina, que debe reconocer que, a pesar de todo lo que le ha mentido se ha ido poco a poco enamorado de él. Cuando se encuentran solos son interrumpidos por una llamada desde la habitación de Tex en la que le dicen que tienen a un niño de seis años, Jean Louis, que pregunta por su tía, por lo que ambos acuden a dicha habitación, encontrando al niño retenido por los tres hombres, incluido Scobie, el cual consiguió salvarse.


Dyle consigue que haya recelos entre los tres socios, al asegurarles que, al no aparecer el dinero y que Lampert fue asesinado en el tren, alguno de los tres fue el autor de dicha muerte y se quedó con el dinero, por lo que, como ya ninguno se fía de los demás, acaban cada uno registrando las habitaciones de los tres.
El hallazgo de un maletín en la habitación de Scobie atrae la atención de todos, pero cuando es abierto únicamente encuentran una mano de repuesto de este. Poco después lo encuentran ahogado en la bañera de Dyle.


Cuando Dyle va a darse un baño, Regina recibe  una llamada de Bartholemew, en la que éste le dice que Dyle no tenía ningún hermano, por lo que vuelve haber dudas de ella hacía ese hombre tan misterioso. Cuando están cenando, tras revelarle ella la llamada de Bartholemew,  le confiesa que en realidad se llama Adam Canfield y es un ladrón profesional, y, aunque sabe que le ha mentido, acaban besándose.
Gideon, tras recibir una llamada de madrugada y salir de su habitación, aparece asesinado en el ascensor, Todos los indicios a que es el truhán restante quien tiene el dinero, aunque cuando Canfield recibe una llamada suya diciéndole que lo seguirá a todas partes, pues está convencido de que es él quien tiene el dinero, se da cuenta de que el no tiene el dinero, ni es el responsable de las otras muertes. Canfield comienza a sospechar de Regina, registrando sus cosas, dándose cuenta de que falta una agenda.
Es por esa que la a ver a su trabajo como traductora de la EURESCO, preguntándole por la agenda, donde tan solo recuerda que sólo estaba anotada una cita, que recuerda que era para el Jueves anterior a las 5 de la tarde en los Campos Elíseos.

En el puesto de traducción

Cuando llegan allí ven un mercado de sellos, al que también ha acudido Panthollow, al que Canfield persigue, viendo cómo éste sale corriendo, haciendo lo mismo el propio Canfield que parece haber comprendido algo y sale tras él, pero cuando llega al hotel encuentra a Tex riendo irónicamente con el sobre de la carta enviada por Lampert a su esposa en la mano, diciéndole a Canfield que ha matado a tres hombres para nada, mientras le enseña el sobre, ya sin sellos.
Regina busca a Canfield en el mercadillo, en el que se encuentra con Sylvie, que ha acudido con Jean Louis para intercambiar sellos, cayendo entonces en la cuenta del valor de los sellos que tenía su carta, y que ella le entregó a Jean Louis, el cual aparece muy contento diciendo que un vendedor le regaló un montón de sellos a cambio de los tres que le entregó ella.
Como el hombre ya no está, van a su establecimiento, donde el vendedor, Monsieur Felix les dice que las esperaba, pues sabe el verdadero valor de dichos sellos. Él se los devuelve, diciéndoles que se siente afortunado por haberlos tenido un instante.


Regresa al hotel, donde se encuentra a Tex muerto en su habitación, pero antes de morir escribió en el suelo el nombre de su asesino: Dyle. Asustada, llama a Bartholemew al que le dice que Canfield es el asesino, quedando con él para entregarle los sellos.
Es en ese momento cuando se cruza con Canfield, el cual comienza a perseguirla pidiéndole que le entregue los sellos, por lo que, muy asustada baja hasta el metro, despistandole. Ella trata de llamar al propio Bartholemew, que sin embargo, no esta en la oficina. Ella de deja un recado para ver a continuación que el tal Bartholemew no era el hombre que hasta ahora habíamos visto y que, tras recibir el recado, dice no conocer a la tal Regina. 
Canfield, La encuentra, siendo perseguida por ésta. Finalmente llega hasta donde la espera el supuesto Bartholomew, pero Canfield la advierte de que  ese hombre no es Bartholomew, sino Carson Dyle, el cual había matado a los demás..
Efectivamente, el hombre confiesa que esa es su identidad, el cual esta resentido con sus supuestos compañeros lo abandonaron cuando lo hirieron los alemanes, teniendo que pasar hasta cinco meses en un campo de concentración.


Mientras habla, Canfield consigue dispararle, y aunque no le acierta, permite que Regina pueda huir y ocultarse en un teatro cercano, hasta el que la siguen Dyle, y Canfield. Canfield en un despiste de Dyle consigue darlo, matándolo, antes de que éste pudiera dar con Regina.
A pesar de toda la historia aparentemente autentica, ella sigue dudando si Canfield actuó por ella o por los sellos, por lo que le dice que si de verdad la quiere debe animarla a devolver los sellos.
Canfield no parece estar de acuerdo en hacerlo, pero al día siguiente la acompaña hasta la embajada estadounidense. Él se niega a entrar con ella, la cual tiene que ir  al despacho del tesorero de la embajada, Brian Crukshank, descubriendo con asombro que tras ese nombre está el propio Canfield. Ella esta confundida, pues ante tanto cambio de identidad no sabe si confiar en ese hombre. Pero Crukshank se la vuelve a ganar cuando le dice que va a pedir una licencia de matrimonio.


Película llamativa, con intepretaciones muy buenas, en las que tiene todas las combinaciones de una buena obra de misterio, con personajes que no son lo que parecen o parecen lo que no son. Es de destacar el alto grado de compenetración entre Grant y Hepburn. Una curiosidad: en la película de debut de Hepburn, "Vacaciones en Roma", del año 1953, querían que Grant fuera su compañero de reparto, pero descartaron tal idea porque había una gran diferencia de edad (25 años), eligiendo finalmente a Gregory Peck (que "sólo" la superaba en 13 años). Es de notar el alto grado de madurez de Hepburn frente a Grant, haciendo que la diferencia de edad fuera una mera anécdota en "Charada" en la que Donen consiguió dirigir una gran obra de intriga.

Ficha

Dirección
Stanley Donen
Producción
Stanley Donen
Guión
Peter Stone
Música
Henry Mancini
Fotografía
Charles Lang
Montaje
Jim Clark
 
Otros datos

País
Estados Unidos
Año
1963
Género
Intriga, Comedia, Romance
Duración
113’
 
Protagonistas

Actor
Personaje
Cary Grant
Peter Joshua
Audrey Hepburn
Regina Lampert
Walter Matthau
Hamilton Bartholemew
James Coburn
Tex Panthollow
George Kennedy
Herman Scobie
Dominique Minot
Sylvie Gaudet
Ned Glass
Leopold Gideon

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