"El drama de Emma es el abismo entre ilusión y realidad, la distancia entre deseo y cumplimiento"
Mario Vargas Llosa
Escrita por Gustave Flaubert y enmarcada dentro de la novela realista, sería en la Revue de París donde aparecería por entregas, desperando un inusitado interes entre la población francesa las desventuras de una joven, casada con un médico llamado Charles Bovary y con una idea equivocada del matrimonio.
Emma, asidua a la lectura de novelas románticas, tiene unas ideas sobre el
matrimonio que no se corresponderan nunca en su relación con el esposo, una buena persona, muy enamorado de ella, pero al que, a diferencia de su esposa, le gusta la vida sencilla y apacible. La realidad de Madame Bovary es terriblemente aburrida para ella.
Gustave Flaubert |
No soporta la monotonía y será en medio de un pueblo cerca de Ruan, Yonville (el propio Flaubert era de Ruan), donde encontrara el amor (fuera del matrimonio) por dos veces, aunque no de la firma forma y al mismo tiempo. León y Rodolphe serán los amantes de una señora Bovary, que escapa de la monotonía, su marido y hasta su propia hija. Ni que decir que cuando las cosas le vayan mal, se quedará sola frente a sua amantes, mientras hasta el mismisimo final tendrá la compañia del señor Bovary, su marido, al cual seguramente no le unían muchas cosas, pero que siempre estuvo MUY enamorado de ella.
La novela como tal fue publicada en forma de libro en 1867, mostrando una análisis pormenorizado tanto de la alta sociedad como del ambiente rural (en el que tanto se movió el escritor en su juventud), teniendo gran cantidad de adaptaciones al cine (una de ellas dirigida por Renoir), pero más allá de ello es una obra que marca un antes y un después en la hsitoria del noble arte de la palabra escrita. Madame Bovary sigue viviendo en nuestros corazones.
PD: Existe una dolencia (del Alma) llamada bovarismo o síndrome de Madame Bovary, que es un estado de insatisfacción crónica y perpetua de una persona (generalmente en el campo de los sentimientos como el Amor), el cual es producido por el contraste entre sus
ilusiones y aspiraciones (un contraste normalmente desproporcionado respecto a sus
propias posibilidades) y la realidad, que suele frustrarlas y sumirlas en la depresión.¡Ay, con el romanticísmo!
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