Falleció de cáncer en 2004 y aunque sólo pudo publicar un libro, estuvo toda su vida en estrecha vinculación con la literatura. Licenciado en filosofía y letras y militante del PCE hasta 1982, Alberto Méndez alcanzó una fama tardía para el gran público, aunque también duradera. Sabía lo que se traía con aquellos cuentos que nos mostraban el hilo coherente del horror bajo el epígrafe (que más que una metáfora, era toda una realidad) de cuatro derrotas: las historias, que compusieron su opera prima (y la única), Los Girasoles Ciegos (Anagrama), que impactaron a millones de personas en todo el mundo.
Porque es evidente que la guerra civil y la posguerra (con aquella atroz dictadura) fue una derrota de España, que dejo huella y así lo quiso reflejar Méndez, hilvanando una serie de historias, que literalmente nos hielan la sangre.
Antes de fallecer, Méndez ya tuvo cierto reconocimiento por su obra no sólo por parte de los lectores, sino en forma de distinciones (Premio de la Crítica de Narrativa Castellana, Premio Setenil, ...) y una película (llevada al cine por rafael Azcona y José Luis Cuerda), pero apenas pudo saborear un éxito totalmente merecido y que con todo el dolor nos relataba la derrota de unos pocos, que ejemplificaba a la perfección la derrota de España.
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