Pintado en 1632, este sería el primer cuadro de Rembrandt (uno de los más grandes artistas de la historia) donde se nos mostraba a un grupo de personas en lo que era ni más, ni menos que una clase de anatomía en una época donde no era fácil, ya que sólo podían utilizar cuerpos de personas ejecutadas por un crimen, aparte de que las disecciones eran muy poco frecuentes dado que no eran bien vistas.
Fue en ese momento cuando la cofradía de cirujanos de Ámsterdam, de la que el doctor Nicolaes Tulp era el anatomista oficial de la ciudad, le encargó un cuadro que representará su oficio para el mejor conocimiento del público, mostrandosenos al propio Tulp explicando la musculatura del brazo a profesionales de la medicina y algunos espectadores anónimos, cuyas caras pertenecen a varios patrones que pagaban comisiones por ser incluidos en la mismísima pintura (algo habitual en aquellos años). El cadáver por otra parte pertenece al criminal Aris Kindt de unos 41 años, ahorcado ese mismo día por robo a mano armada.
Este cuadro, uno de los más representativos no sólo de su autor, sino de su época, demuestra la grandeza de la pintura en los Países Bajos. El Rey Guillermo I quedó tan fascinado con el cuadro que hizo todo lo posible e imposible por impedir que se vendiera (cosa que consiguió) y ordenó comprar esta obra maestra para el "gabinete real de pinturas".
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