lunes, 26 de septiembre de 2016

“Venganza no, Justicia”

"Para que el mal prospere, sólo requiere que los hombres buenos no hagan nada"
Simon Wiesenthal
 
Su vida daría un giro tanto para él como para muchos de judios cuando los nazis obtuvieron el poder primero por las urnas y después por la fuerza. Miles y miles de judios fueron llevados a campos de concentración y muchos serían exterminados. El tuvo la suerte de ser uno de los que se salvó. 


Simon Wiesenthal, natural de Viena, había nacido en 1908 en el seno de una familia judía de Buczacz (actual Ucrania, la cual formaba en aquel momento del Imperio Austrohúngaro). Se formó como arquitecto y se instaló en la ciudad de Lvov. 


Cuando la ciudad fue ocupada por los nazis en 1941 toda la familia literalmente comenzó a vivir un infierno del que muy pocos sobrevivieron. Fue llevado a varios campos de concentración (5 concretamente) hasta acabar en Mauthausen de donde salió cuando el campo fue libertado por tropas norteamericanas en el año 1945. 
Tan pronto como su salud mejoró, ofreció sus notas sobre los criminales nazis al Ejército de los Estados Unidoss, proporcionandoles documentación para los procesos judiciales realizados contra los supervivientes nazis en los Juicios de Núremberg. Desde entonces junto a otros voluntarios se dedicó a buscar y llevar ante los tribunales a cuantos responsables de crímenes de guerra nazis pudo encontrar. Así encontró a destacados líderes nazis como Adolf Eichmann (ideólogo y ejecutor del holocausto) y de Karl Silberbauer (responsable de la detención de Ana Frank y su familia). 


Tras su muerte, en 2010, se supó que el el Mossad el Servicio de Inteligencia de Israel, apoyó a Wiesenthal, ayudando a llevar a más de 1100 criminales nazis ante la justicia. Su actuación contra el nazismo le llevó a granjearse el apodo del "cazanazis", pero él nunca pareció estar de acuerdo con dicho mote o al menos con los que algunos creían que significaba. 


Uno pudiera pensar que Wiesenthal, tras sufrir todos los horrores en los campos de concentración, tenía inoculado un odio dentro que le llevaba a ir por todo el mundo en busca de los nazis huidos. Nada más lejos de la realidad. Su actuación no buscaba la venganza, pero tampoco la impunidad. Su vida; la vida de un hombre como Wiesenthal estuvo guiada por un lema "Venganza no, Justicia".

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