lunes, 26 de septiembre de 2016

El abrazo del oso

Me acuerdo cuando en plena etapa zapateril se decía que el PSOE le estaba haciendo el abrazo del oso a Izquierda Unida. No les faltaba razón, pero es que el PSOE se radicalizó hasta extremos insoportables y muchos que se autodefinian de extrema izquierda veían con buenos ojos a los socialistas e incluso algunos entraron en el partido para medrar políticamente. 


Ahora es la "nueva" extrema izquierda (o no tan nueva; más bien es lo de siempre) la que pretende hacerle el abrazo del oso a un PSOE, el cual se encuentra en dos encrucijadas: seguir con el radicalismo zapateril que llegó a hacerle un cordón sanitario al PP, pactando con hasta cinco partidos para que no gobernara en algunas Comunidaes Autonomas y ciudades (en Baleares creo que fueron hasta siete) o el de Felipe González, con el que se podía o no estar de acuerdo, pero con el que al menos se podía hablar más de 30 mínutos. 
Lo que demuestra que el PSOE no sabe a que ceñirse podemos verlo cuando desde la extrema izquierda (sus líderes y acólitos de Twitter) se dice que el PSOE se ha derechizado (¿?). No estar de acuerdo con ellos, según esa gente, significa ser de derechas y, por lo tanto, no sus adversarios políticos (concepto demócratico), sino ser su enemigo, el adversario al que han de destruir. El PSOE, se defina como se defina, siempre será enemigo de esta extrema izquierda, que, para colmo, apoya las consultas sececionistas, despreciando la Soberania Nacional.
Mientras al Secretario General del PSOE más cuestionado que nunca, le importa más bien poco España (algo evidente) e incluso su propio partido. Él quiere ser Presidente, ganar una simpe votación de investidura, para decir que al menos fue Presidente del Gobierno de España durante 15 mínutos. El problema es que España, que pretende ser un país serio, no algo con lo que se deba jugar.

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