martes, 27 de diciembre de 2016

Besteiro y la dignificación de la política

En momentos de crisis, cuando parece que todo el mundo esta desquiciado o enfrentado al contrario, siempre hay "raras avis", personas respetuosas y coherentes que, aún cuando no coincidas con sus ideas, puedes hablar con ella sin temor a ser reprendido o enjuiciado (otra de esas personas fue el inigualable don Melquíades Álvarez). En uno de los pasillos del Congreso en una galería conocida como la del Orden del Día se encuentra el busto de uno de esos hombres. Un digno representante de la política española en una época difícil (años 20-30) que tendría sus propias ideas, pero eso no le dificulto para hablar con adversarios políticos u oponerse a miembros de su propio partido por sus ideas radicales y excluyentes. El hombre en cuestión era natural de Madrid; su nombre Julián Besteiro. 


Don Julián, socialista por convicción y demócrata por afición, fue el sucesor de Pablo Iglesias como Presidente del PSOE en una época en la que los socialistas colaboraron con el régimen de Primo de Rivera. Lo que puede verse como una barbaridad con las gafas de hoy, no lo es tanto, teniendo en cuenta que el dictador era un tipo con gran prestigio al que la la gente quería mucho y que se ganó su fama porque consiguió acabar con la rebelión en el protectorado de Marruecos. Después todo cambio. 

En 1912

Besteiro, cuya influencia en la UGT fue importante (siendo además Presidente de las Cortes Republicanas durante la primera legislatura), vio como su propio partido político se desgarró en plena Segunda República con el enfrentamiento entre los partidarios de Indalecio Prieto (más moderados) y los de Largo Caballero, un extremista de la peor calaña, colaboracionista con los comunistas y que en pleno año 1933 ya hablaba de guerra civil y enfrentamiento sin cuartel a todo aquel que se declarase de derechas y católico. Curiosamente, Largo Caballero (que, como habran adivinado, ni era largo, ni caballero) fue Secretario de Estado con Primo de Rivera; un tipo que tuvo el apelativo del "Lenin español", lo que dice mucho de su catadura moral. 

Alegoría del 14 de Abril de 1931

Besteiro pertenecía a la corriente Prieto, más moderada y colaboracionista. Si, era socialista, pero ¿por qué no puedo pactar con una persona de derechas? ¿Acaso sus ideas eran mejores que las de otra persona? Besteiro pensaba que el pacto era posible, aunque elementos dentro de su propio partido lo impedían, algo que se evidenció en 1934, con el intento de golpe de Estado disfrazado de huelga general que en Cataluña gracias a Companys (el mismo al que alaban nacionalistas e independentistas catalanes) y especialmente Asturias dejó muerte y destrucción, saliendo un victorioso Francisco Franco al que en su momento se catalogó como "Salvador de la República" (¡Qué cosas!).


Muchos advierten que la guerra civil o el intento de golpe de Estado no hubiese triunfado en ningún sitio si la izquierda liderada por el PSOE hubiese pactado con la CEDA de Gil-Robles. Prieto y Besteiro dijeron que si a los pactos; la facción de Largo Caballero dijo que no y pactaron con la extrema izquierda y otros partidos izquierdistas en lo que sería el Frente Popular. A partir de ahí, vendría el frácaso, la sangre, la muerte y el exilio o la cárcel para muchos de un lado y de otro primero en una muerta República y después en la fracticida guerra civil. 


Don Julián Besteiro murió en la cárcel de Carmona un día de 1940 (siempre se negó a abandonar Madrid a pesar de que ésta estaba al caer), acusado de promover una suerte de socialismo que, aunque moderado, estaba prohibido por la dictadura franquista. Una infección se llevó por delante a un hombre singular y por el que se debe tener gran respeto. Si; don Julián Besteiro Fernández, socialista y demócrata, pero por encima de todo español.

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