Muchos han sido los grandes literatos que nos han emocionado o aterrorizado con sus historias. Uno de esos genios fue H. P. Lovecraft, que es considerado como todo un innovador de los cuentos de terror.
Howard Phillips Lovecraft nació el 20 de Agosto de 1890 en Providence, Rhode Island, Estados Unidos. Howard era hijo único de una familia, cuyo cabeza de familia se dedicada al comercio de la plata, metales preciosos y joyería.
Desde muy niño, le gustaba frecuentar parajes extraños y
apartados para dar rienda suelta a su imaginación. Contemplar los paisajes y, en cierta medida, evadirse. Quizás una de las razones
para ello era la estricta educación recibida por su madre, diciéndole que él no debía jugar con niños de
menor categoría, o insistiendo en que era feo y que nunca llegaría a
triunfar. ¡Que equivocada estaba!
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En su niñez |
Cuando Howard tenía tres años, su padre sufrió una crisis nerviosa, que lo llevaría a pasar años en un hospital psiquiatrico y, posteriormente a fallecer en 1898. Con su muerte, la educación del joven recayó en su madre, dos tías y, especialmente, abuelo materno. Lovecraft fue todo un niño prodigio, llegando a recitar poesía a los dos años, leer a los tres y escribir a los seis o siete años. Y es que la literatura movía las entrañas de Locecraft, que veía en la palabra escrita un motivo para dar rienda suelta a su imaginación. Uno de sus máximos motivadores fue su propio abuelo, fomentando en él su amor a la lectura. Durante su adolescencia se declaro ateo, convicción que mantuvo hasta su propia muerte.
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Phillips Whipple, abuelo de Lovecraft |
Debido a su falta de de salud, no asistió al colegio
hasta los ocho años y tuvo que dejarlo después de un año. Durante su
absentismo escolar, leía con voracidad y se instruyo en disciplinas como la química o la astronomía, que le atraían profundamente. De hecho sus comienzos literarios comenzaron en varias revistas científicas.
En 1904
falleció su abuelo materno, cuando Lovecraft tenía catorce años, afectando a su animo, llegando a considerar el suicidio. La mala gestión de
las propiedades y del dinero familiar dejó a su familia en tan malas
condiciones económicas que se vieron obligados a mudarse. En 1908, antes de su graduación, sufrió un colapso nervioso y no recibió su diploma.
Ya en 1908 comenzó a dedicarse a la escritura de ficción, aunque muchas de sus obras de ese tiempo eran poesías. La obra de Lovecraft forman parte del denominado horror cósmico, una corriente que se apartaba de la temática tradicional del terror sobrenatural (satanismo, fantasmas),
incorporando elementos de ciencia ficción (razas alienígenas, viajes en
el tiempo, etc.). Puede decirse que Lovecraft inspiraría las primeras películas realizadas en los años 40 y 50, en el que se entremezclaban la ciencia ficción y el terror y que fueron consideradas, por su bajo presupuesto, como películas de serie B.
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Una de sus grandes obras |
En 1921 falleció su madre, algo que le afecto, a pesar de que su educación estricta había sido fuente de múltiples conflictos durante su infancia. Muchos críticos han visto en la educación ejercida por su madre, la causante de los comportamientos peculiares y un tanto extravagantes que el escritor
mostró durante su existencia.
Posteriomente, en una conferencia de periodistas aficionados en Boston conoció a Sonia Greene con la que se casó en 1924 y se mudaron al municipio de Brooklyn, en la ciudad de Nueva York. Las dificultades económicas fruto del trabajo inestable de ambos (ella trabajaba en una tienda), hizo al matrimonio desgracia y acordaron una separación amistosa dos años después de haberse casado.
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Epitafio: "Yo soy Providence" |
Lovecraft vivió en varios sitios diferentes, quizá buscando alguna fuente de inspiración para sus relatos, que eran muy leídos y alabados por los críticos. Sus últimos años fueron muy duros debido a su condición enfermiza, que le acompañaba desde la niñez. Lovecraft falleció en su tierra natal el 15 de Marzo de 1937 cuando contaba con 46 años. Se iba todo un referente de la literatura de terror y ciencia ficción, incumpliendose, afortunadamente, las "profecías" de su madre de que no sería nadie importante.