De entre todos los troyanos, destacaba el Príncipe Héctor. Hijo del Rey Priamo y de la Reina Hécuba, Héctor al que también se conoce como domador de caballos, era uno de los Jefes de la ciudad, aparte de ser encargado de la defensa de la misma. Y lo es cuando los aqueos atacan la ciudad debido al rapto (o lo que fuera) de Helena llevado a cabo por su hermano París.
A partir de ahí comienza una guerra que duraria 10 años y que el propio Héctor nunca aprobó... por una mujer. Héctor sería el nemesis de Aquiles en cuanto a trascendencia tanto en la batalla como lo que suponen para sus propios seguidores. Sería precisamente su duelo con Aquiles el más destacado de la guerra.
Héctor y París
Ante la ofensiva troyana, las esperanzas aqueas se reducen a que Aquiles retorne a la lucha., pero el héroe griego a pesar de las súplicas de sus aliados, no quiere volver a la batalla por la discusión previa mantenida con Agamenón (que dio inicio a la Iliada homerica) por lo que su compañero, Patroclo, decide, tras haber previamente hablado con Aquiles, vestirse con su armadura y ponerse al mando de los mirmidones, que habían estado comandados hasta ese momento por Aquiles. Durante la lucha, Patroclo es herido por Euforbo y asesinado por Héctor.
Esto causa gran pesar en Aquiles, el de los pies ligeros, que vuelve a la lucha y no parara hasta acabar con el asesino de su compañero. Así acabara con el hasta entonces invencible Héctor, pero no se contentara con eso. Tras acabar con él, su cuerpo es lacerado por los aqueos y atado por los tobillos al carro de Aquiles, que lo
arrastra extramuros durante doce días en los que el cuerpo permanece
expuesto al sol y los animales, pero el Dios Apolo, protector de la ciudad de Troya, protege el cuerpo del divino Héctor.
Finalmente, Priamo gracias al Dios Hermes, llegara al campamento aqueo, obteniendo el beneplacito de Aquiles para llevarse el cuerpo de su hijo y hacer unos funerales en su Honor. Así, entre hondo pesar en toda Troya se despedía a uno de sus grandes héroes. Lo que no sabían es que poco tiempo después, la vieja Ilión sería destruida.
Durante los años 70 y 80 apareció una publicación que tiene como merito haber estado 13 años ininterrumpidos en los quioscos españoles. La magia de los personajes de Disney pasó al papel gracias a Don Miki.
La revista se convirtió en todo un fenómeno y es que Disney supo ver la gran base de aficionados a la historieta que había en España y es por eso que 14 de Octubre de 1976 salió su primer número. Y así de forma semanal hasta un día de 1989 en el que los aficionados al cómic pudieron disfrutar de las aventuras en viñeta de Mickey o Donald, los más destacados.
Años después, los que nacimos después o no tuvimos la oportunidad de disfrutar de sus historias, pudimos leer nuevamente los cómics de Mickey, Donald y demás gracias a ediciones posteriores, que nos traían de vuelta las aventuras Disney más alocadas.
Alternando entre el extremo y el medio ala, los orígenes del polaco Walter Rozitsky son cuanto menos confusos. Al parecer tenía pasaporte francés y desde ese país daría el salto a la Península Ibérica en los años de 1910 donde el fútbol todavía estaba en pañales, en pleno amateurismo, aunque ya se disputaba la Copa de España.
Su primer equipo sería el Barcelona con quien ganaría dos Copas de España y una Copa de los Pirineos. Gracias a los registros del club catalán conocemos lo de su nacionalidad polaca y francesa, así como su posición. Como dato curioso es que Rozitsky fue el primer polaco en jugar en el Barcelona con hasta 55 partidos (cifra nada desdeñable para aquellos años).
A partir de ahí, daría el salto a la capital de España para jugar en el Madrid (todavía sin título de Real), aunque no jugó mucho. La Gran Guerra comenzó aquel fatídico año del 14 y por causas que se desconocen fue reclutado por el ejército alemán. A partir de ahí se le pierde la pista, aunque hay tres teorías. La primera es que murió en el campo de batalla, la segunda es que emigró a América después de la guerra donde hizo fortuna y la tercera y última es que regresó a España.
Sin embargo, a pesar de conocerse poco de este jugador, tiene el increíble honor de haber jugado en los dos clubes más importantes de España (Madrid y Barcelona), aunque si hay algo que podemos decir es que Walter Rozitsky, el futbolista fantasma, fue un hombre curtido tanto en el campo de fútbol como en el campo de batalla.
Con todo esto de los estibadores me he informado sobre el motivo por el que esos individuos tienen tanto poder (cosa que visto lo visto muchos no han hecho) y, fijense ustedes, que fue el malvado franquismo el que ya con el Ministro Girón de Velasco decidió crear la Organización de Trabajadores Portuarios (OTP) el cual desde ese momento controló la estiba... pero la cosa se les fue de las manos. La estiba se convirtió en algo cada vez más protegido, donde sus trabajadores actúan de forma coercitiva (como ahora) y donde sólo pueden entrar a trabajar los suyos (familiares o amigos), actuando con un verdadero carácter nepotista.
Bruselas le ha ordenado al Gobierno que se liberalice un sector hasta ahora privatizado por el hecho de mantener una paz que no era más una actitud amenazante en base a que son un sector estrátegico y como tal, estos individuos cobran de media 70.000 € (más que un Presidente del Gobierno), una auténtica brutalidad en estos tiempos (y cualquier tiempo) que ellos mismos dicen que no es real. Lo cierto es que (y lo dicen empresarios portuarios) cobran mucho más.
Sin embargo, lo lamentable no es que cobren mucho o poco, sino que las empresas que operan en los puertos no pueden contratar a los trabajadores que quieran (como cualquier otra empresa) y sólo pueden emplear trabajadores miembros de la mencionada OTP, una empresa de origen franquista, que se ha aprovechado de una Ley anacrónica, heredada de un régimen dictatorial. El Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea obliga a liberalizar un sector privilegiado; a acabar con una actitud lamentable por parte de unos señores que actúan como una mafia... y esta sentencia tiene que cumplirse. Nada de hablar o negociar con estibadores o sindicatos.
Resulta curioso que por cortoplacismo político algunos partidos como el PSOE o la extrema izquierda aticen al Gobierno dado los orígenes de la mafia de la estiba (¿Acaso no saben que liberalizar un sector no sólo es de justicia, sino democrático? ¿Acaso no saben que el monopolio de los estibadores procede del franquismo al que tanto dicen denostar?).
Lo peor es que esos señores cumplan sus amenazas y se pongan en huelga dejandonos a nosotros, los canarios, y a los ciudadanos de las Islas Baleares sin suministros. Un país no puede depender de la amenazas de unos individuos que sólo pretenden defender los privilegios que han disfrutado hasta ahora.
En una época en la que la música disco estaba de moda, se estaba planeando una película muy conocida de todos "Fiebre del Sábado Noche" con un por entonces no tan conocido John Travolta como protagonista. Y sería para la banda sonora cuando contactaron con los Bee Gees.
Sería en París cuando nació Stayin Alive (Sobreviviendo en inglés) en una canción que se hizo tan popular que se nos fue presentada como un sencillo, el cual marcó una una época dentro de la música a finales de los años 70, yendo más allá de aquellos años para convertirse en una de las mejores de la historia... que no es poco.
Por fin Charles Laughton, gran actor inglés, se decidió a ponerse detrás de las cámaras, para rodar una película muy negra (de hecho las sombras jugaran un papel importantísimo) que en muchos casos recuerdan a las imágenes propias del expresionismo alemán del que tanto bebió el cine negro en los años 40 y 50.
Nos encontramos en los años 30, en la época de la depresión, siguiendo el camino de un supuesto reverendo auto-ungido llamado Harry Powell (Robert, Mitchum), el cual es un asesino en serie de mujeres a las que atrae para posteriormente asesinarlas. En realidad es un misógino, que se autoconvence de que esas mujeres deben ser asesinadas como una especie de mandato divino debido a los muchos pecados cometidos por ellas.
Un asesino en la carretera
Powell viaja por caminos rurales asesinando y predicando a partes iguales, utilizado como símbolo las letras L-O-V-E (AMOR) y H-A-T-E (ODIO), que lleva tatuadas en sus nudillos para ejemplificar en sus sermones como el Amor vence al odio. En una pequeña ciudad, la policía lo arresta por conducir un automóvil robado y es sentenciado a cárcel durante unas semanas.
Allí conocerá a Ben Harper (Peter Graves). Harper ha sido sentenciado a muerte por el robo y asesinato de dos hombres, pero antes de entrar en prisión
oculta el dinero en la muñeca con la que juega su hija Pearl (Sally Jane Bruce) en presencia
de su otro hijo John (Billy Chapin), a quien hace jurar que nunca dirá nada antes de que lo detengan ante la mirada aterrada de los dos hijos y su madre, la esposa de Ben, Willa (Shelley Winters). Los remordimientos de conciencia hacen que Ben hable en sueños y resulta que su
compañero de celda es el falso reverendo Powell, que además es un codicioso, intentara averiguar dónde escondió el dinero. Tras el ajusticiamiento de Ben, Powell saldrá hacía su destino, que no es otro que intentar enamorar a la desconsolada viuda de su antiguo compañero de celda.
Tras rondar la casa, Powell conocera a la vida y sus dos hijos, diciendo que conoció al fallecido Ben debido a que él trabajaba como reverendo en la cárcel. El joven John parece no fiarse de él, mientras todos le insisten a Willa que merece casarse con un buen hombre y que una mujer no puede estar sola con dos hijos. Por supuesto, el falso reverendo insistirá en ello.
Ella acabara casándose con él, pero Powell rechaza todo contacto físico con ella (desprecia a todas las mujeres y solo quiere estar con ellas por mero interés), provocando ansiedad en su propia esposa, a la que acaba haciendo sentir culpable tan solo de sentirse mujer.
En busca del dinero
Ella descubrirá que esta buscando el dinero y por eso la acaba asesinando y poniendo su cuerpo en el fondo de un lago. Él hará creer a toda la comunidad (de carácter bastante puritano, algo resatable durante toda la película) que su esposa ha escapado, dejándolo a él solo con los niños. Powell amenazara tanto a John como a Pearl (muy especialmente a la niña) con insultos y la propia muerte si no le dicen donde esta el dinero. Finalmente lo engañaran para escapar, aunque ahora sabe que efectivamente el botín se encuentra en la muñeca.
"¿Es que no duerme nunca?"
Así, los niños escapan del cazador río abajo, pero como buen depredador, Powell no descansara y viajara hasta dar con ellos y el dinero. En su huida darán con una mujer dura y curtida, pero buena llamada Rachel Cooper (Lillian Gish). Ella es una mujer que acoge a niños desamparados, los cuales han sido abandonados por sus padres, los cuales los han rechazado (parece intuirse casos de embarazos no deseados). Los niños la quieren como una madre y ella acoge a John y a Pearl.
Pero el cazador no descansa y dará con ellos, engañando a, Ruby (Gloria Castillo), una de las niñas acogidas por Rachel, para que ésta les diga si los nuevos niños acogidos por la mujer son los que él busca. Powell intenta engañar a Rachel, haciéndole creer que son sus hijos y se han escapado. Ella, como protectora de la infancia, no sólo no pica, sino que lo echa de su propiedad, mientras él amenaza con volver a la noche.
Powell regresara en la oscuridad, como había amenazado, y en el enfrentamiento de toda la noche es herido por un disparo de Rachel con su escopeta. La policía, que ha sido requerida y estaba sobreaviso de la huida de Powell al descubrir el cuerpo de Willa días antes, llega para arrestarlo. John se descompone al presenciar la detención de Powell que resulta ser muy parecida a la detención de su verdadero padre, por lo que coge la muñeca y la golpea contra el esposado Powell, saliendose los billetes, causa y motivo de todo el mal de todos esas semanas.
Powell es juzgado y condenado por sus crímenes. Varios de los habitantes de la ciudad, que antes eran sus más firmes defensores, se sientan en la sala de justicia bebiendo y gritando contra él, llamandole entre otras lindezas "Barba Azul". Una multitud de linchadores intenta acorralar a Powell desde la comisaría pero la policía se retira con él en la parte trasera del edificio, mientras el verdugo promete volver a ver a Powell pronto, sintiendo verdadero placer por tener que ajusticiar a tan horrendo individuo.
Finalmente, John y Pearl tienen su primera Navidad juntos con Rachel y los huerfanos en su hogar, haciéndose regalos y disfrutando como nunca bajo la protección de una mujer buena, la cual recibe a los niños, rechazados por una sociedad infame, como un regalo del cielo. Efectivamente, John y Pearl han encontrado una nueva familia.
Juego de luces y sombras que nos muestran en toda su crudeza los terrores infantiles reales de dos niños que escapan de uno de los seres más perversos del cine, el cual para colmo utiliza las escrituras pervirtiendolas para su propio beneficio, aunque por fortuna sus planes serán frustrados por una mujer, Rachel (fenomenalmente interpretada por una vieja conocida llamada Lillian Gish), la cual representa todo lo contrario (bondad y ternura) frente a ese falso reverendo, vil y odioso (interpretado magistralmente por Robert Mitchum en uno de sus papeles más destacados). Oscuro e inquietante cuento (con la clásica confrontación entre el bien y el mal), que en su momento no tuvo mucho éxito (De hecho fue tan mal que Laughton sólo rodó esta película), pero que a día de hoy podemos considerar uno de los más grandes clásicos de la historia del séptimo arte.