sábado, 12 de mayo de 2018

¡¡¡Monstruos en las profundidades!!!

Parece mentira, pero nuestro planeta está compuesto casi en su totalidad de agua. Lo llamamos Tierra, pero lo cierto es que el líquido elemento es lo que predomina en él (3/4 partes). Si algo ganamos no fue sólo en la exploración terrestre, sino marina, que en cierta medida nos ayuda a conocer el origen de la vida. Pero antes de todo eso, se creía de la existencia de terribles monstruos que acababan con marinos y buques enteros, muchos de los cuales proceden de la mitología. 

 
Ya he realizado posts sobre ellos: el kraken (procedente de la mitología nórdica), el leviatán (muchas veces asociado el diablo y que procede de la tradición judeocristiana) o el reconocido Monstruo del lago Ness (nuestro querido Nessie) del cual se cree que es una especie de plesiosaurio que sobrevivió en el tiempo. Tampoco debemos olvidarnos de la serpiente marina o del legendario monstruo de Cornualles. Otro monstruo marino mitológico lo tenemos en la historia de Jonas, que fue tragado por un pez (a veces confundido con una ballena).


Se cree que estos seres pudieron tener una base real o que incluso a aquellos que se denominó calamares gigantes que eran más grandes que lo normal, pero no eran precisamente "gigantes". Lo cierto es que muchas desapariciones que han tenido lugar en la mar han sido asociadas con la aparición de bestias o seres de este estilo, generando barcos fantasmas o malditos (el clásico Mary Celeste, cuya tripulación desapareció es un claro ejemplo). 


A día de hoy la existencia de estos seres, aunque es muy dudosa, sigue siendo objetivo de los criptozoologos, los cuales no es que estén buscando a una serpiente marina, pero si el ser que pudo inspirar tales historias, lo cual es del todo factible, teniendo en cuenta la cantidad de seres que han sido hallados en estos últimos 200 años.

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