sábado, 5 de agosto de 2017

Turismofobía

Leo con asombro los boicots en Cataluña y País Vasco (Muy especialmente en la ciudad de Barcelona) al turismo en el que se incluyen (por ejemplo) ruedas de autocares pinchadas o pintadas de todo tipo. Curioso que en una tierra como la catalana, tan habitualmente relacionada con el turismo y cuyas gentes hasta no hace tanto tiempo decían estar abiertos al mundo, ahora mismo estén en esa encrucijada del turismo sí o turismo no. 
Es evidente que en España se ha construido masivamente en base al turismo, fomentandose además un tipo de turismo de baja calidad, amparándose en el "sol y playa", algo que estamos sufriendo muy especialmente en mi tierra Canaria y en otros sitios (de forma aún peor) como en Baleares, sin contar claro está el terrible "turismo de borrachera", amparado por algunos empresarios. Eso es un tema que se a de tratar y que las autoridades y empresarios deben atajar.
Sin embargo, veo en la turismofobia un matiz más político que social, ya que (no nos engañemos) está fomentado por grupos violentos, cuyas bases políticas están claras y que siempre que pueden utilizan la violencia, denotando cierto catetismo, el cual siempre ha sido propio del nacionalismo, pero al que se añade el radicalismo separatista, que encima está auspiciado por los que todo el mundo sabe. No nos engañemos: que la turismofobia este instalada en Cataluña no es casualidad. 
Afortunadamente, son sólo unos grupos (muy ruidosos y violentos, eso sí) los que actúan contra el turismo, que es lo mismo que decir que actúan contra la economía e incluso contra los puestos de trabajo de muchas personas. No obstante, sean muchos o pocos, no podemos tolerar esta actitud más bien poco tolerante de aquellos que desprecian la libertad de los individuos.

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