viernes, 11 de agosto de 2017

Ella era la Gran Dama

De aquellos primeros años del cine, han habido muchos y muy grandes interpretes. El cine expresionista alemán, una de las primeras corrientes cinematográficas, nos dio una pléyade de actores y actrices fenomenal, pero el cine germano de aquellos años, aparte de ser dificilmente entendible sin los Murnau o Lang (cuya forma de hacer cine acabaría por cruzar el charco para irse a los Estados Unidos), también sin Lil sería imposible saber el calado que tuvo el cine, no ya sólo alemán, sino en aquellos primeros años. Y ella era muy grande...


Su nombre real era Marie Antonia Siegelinde Martha Seubert y no era alemana, sino holandesa. De hecho, nació en Java, en las Indias Orientales, pero su vida la pasó en Alemania desde sus años escolares cuando soñaba con convertirse en una actriz de teatro (eso del cine todavía no estaba "de moda"), pasando por un matrimonio con un hombre 25 años mayor. Era el actor Fritz Daghofer con el que tendría una hija y acabaría divorciandose en 1919. Cuando comenzó como actriz, para darse a conocer, utilizaría una variante del apellido de su ex-marido, pasando de Daghofer a Dagover. 

Con la mismísima muerte

Sus inicios interpretativos fueron en el cine a una edad relativamente tardía (32 años), comenzando con el drama exótico "Harakiri" y siguiendo con la primera parte de "Las Arañas" de Fritz Lang. Comenzaía a ser conocida por la película que lo inició todo. Con "El Gabinete del Doctor Caligarí" comenzaría la etapa del cine expresionista alemán. Rodada por Robert Wiene (inicialmente el director iba a ser Fritz Lang, pero todavía estaba en pleno rodaje de la segunda parte de "Las Arañas"), aún recordamos a una Lil Dagover de extraordinaria belleza, aunque con la mirada triste, siendo raptada por el sonámbulo Cesare (interpretado por Conrad Veidt), el cual está guiado por el maléfico doctor. La fama de Lil crecería como lo que sería: La Gran Dama del cine alemán.

El rapto

Así llegaron trabajos del calibre de "las Tres Luces" de Lang o "Tartufo" o "Phantom" de Murnau (esta última con Alfred Abel) donde demostró una gran capacidad a la hora de mostrar el dolor. Se convirtió en una gran actriz dramática, que dio su paso al teatro gracias al reconocido Max Reinhardt. A partir de ahí combinaria tanto teatro como cine, llegando incluso a rodar fuera de Alemania, algo muy habitual entonces dado que debido a que el cine era mudo, poco importaban los acentos o el conocimiento del idioma.


Durante los años 30 prefirió aislarse de la política ante el ascenso nazi, aunque parece ser que era la actriz preferida de Hitler y solía ir a cenas de galas de aquellos años. Sus películas de entonces se acercaban a la comedia y en cierta medida supusieron un cierta desahogo para una población alemana sumida en el abismo.


Lil Dagover, la gran actriz alemana, después de aquellos turbios años, siguió haciendo lo mejor que sabía hacer: Actuar. A todas estas, podemos decir que estamos ante una de las mejores. Lil Dagover, efectivamente, era la Gran Dama.

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