Decía Tarradellas (este sí que fue un verdadero exiliado y perseguido político) que "en política se puede hacer de todo menos el ridículo". Entre lo de Pujol, donde ya advertía de que ese individuo era un dictador, y lo del tal Puigdemont voy a acabar pensando que ese señor, aparte de ser un político, era un profeta porque lo que hemos visto (y estamos viendo) con este individuo de poblada cabellera es una pantomima tan grande que resultaría risible si no hubiera llevado a la población catalana al desastre más absoluto tanto a nivel económico como político, aparte de a una división en dos no sólo entre amigos, sino dentro de las familias.
La ópera bufa de este individuo no se la cree casi nadie e incluso los tan cacareados medios internacionales parecen darle la espalda y no porque el Gobierno de España lo haya hecho bien a la hora de combatir las mentiras nazionalistas/independentistas, sino porque han caído en tal ridículo que cualquiera diría que están para ir a un psiquiatrico. Para colmo, se va a Bélgica, un país de la UE, muy dividido gracias en parte al nazionalismo flamenco, se medio esconde de todo el mundo (cuando que yo sepa en ese momento no hay orden judicial contra él) y se asesora (casi para provocar) con un abogado de etarras (supongo que recomendado por Otegui). El patetismo llegó con la improvisada rueda de prensa, que lo único que demostró es que estamos ante un tipo desnortado, el cual se mueve por impulsos y no en base a la razón.
Sólo los abducidos del indepententismo, donde llamativamente se encuentran los de ERC (que curioso que la izquierda indepentendista defienda a la típica derecha nazionalista burguesa que se benefició del franquismo) los únicos que lo defienden, aparte de facciones del partido del tipo de la coleta que parecen hundirse poco a poco por su ambigüedad en busca de los votos, aunque éstos procedan del nazionalismo.
Antes de nada, decir que en España NO hay presos políticos y que se persiguen a las personas que se saltan la Ley. Fíjense si NO hay presos políticos que individuos como el tipo de la coleta, Garzón (el monaguillo del coletas) y Rufíán (individuo de significativo apellido) es capaz de decir que hay presos políticos en España, declararse independentista o de extrema izquierda (defendiendo además a unos independentistas que se han saltado sistematicamente la Ley) y nadie los detiene (ni hay orden de ello) por defender una idea política. Los viejos prejuicios antiespañoles han surgido desde algunos sectores dentro del país (el clásico mantra), pero vivimos en un mundo tan informado que es difícil engañar a todo el mundo durante todo el tiempo.
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