jueves, 13 de febrero de 2020

Los extraordinarios viajes de Lemuel Gulliver

Este libro muchas veces referenciado es uno de los clásicos de la literatura inglesa, destacando por ser una satira, lo que no deja de ser un trabajo ingente del escritor y clérigo irlandés Jonathan Swift, usando el género de aventuras o más concretamente el género de viajes. 


La obra se divide en Primera Parte (viaje a Liliput), Segunda Parte (viaje a Brobdingnag), Tercera Parte (viaje a Laputa) y Cuarta Parte (viaje al país de los Houyhnhnms).
  • Primera Parte (viaje a Liliput): En este viaje, Gulliver es enorme y los liliputienses son pequeños. Al inicio los liliputienses parecen amables y bondadosos, pero el lector los ve pronto por unas criaturas ridículas y mezquinas. El propio Gulliver es declarado culpable de traición, a pesar de haberlos ayudado en su batalla contra un Estado rival, y, antes de ser ejecutado, huye hacía Inglaterra. Probablemente, el viaje a Liliput sea la parte más conocida de la novela y, de hecho, en clara referencia a ella, existe la palabra liliputiense, el cual es un adjetivo que significa "que es extraordinariamente pequeño" (tanto para una persona como para una cosa).
  • Segunda Parte (viaje a Brobdingnag): A diferencia de Liliput, Brobdingnag es una tierra de gigantes donde Gulliver es muy pequeño. El autor tiene miedo, pero la familia que lo encontró es sorprendentemente amable, pero su dueño se pervierte y comienza a tratarlo como un animal al que mostrar a cambio de un beneficio económico. Sólo la hija de éste (a la que llama Glumdalclitch) cuida de él durante todo el viaje, tratandolo con cariño. Finalmente entra al servicio del Rey, siendo humillado por éste cuando se le hace ver la diferencia entre cómo es Inglaterra y cómo debería ser. Gulliver se da cuenta de lo repugnantemente pretencioso que debe haber parecido a los liliputienses y sólo la casualidad le hace volver a su país.


  • Tercera Parte (viaje a Laputa): Aparte de Laputa, visita los terrenos vecinos de Luggnagg y Glubdugdribb. En Laputa, la isla voladora, las personas piensan demasiado hasta caer en el ridiculo (en la Gran Academia de Lagado, por ejemplo, piensan como extraer rayos de sol de pepinos o aprender cómo mezclar pintura por el olfato entre muchas otras cosas). En una visita a la isla de Glubdugdribb, el autor puede llamar a los muertos, descubriendo los engaños de la historia. Por otra parte, conoce a los Stuldbrugs, una raza donde algunos han podido alcanzar la inmortalidad (aunque son inservibles a partir de los ochenta años, edad a partir de la cual se les declara muertos), descubriendo que son unos miserables. Tras pasar por el Japón, vuelve a su hogar. 


  • Cuarta Parte (viaje al país de los Houyhnhnms): Vuelve otra vez a la mar y después de diversas visicitudes, llega al país de los Houyhnhnms, los cuales son caballos dotados de razón. Su sociedad racional, limpia y simple se contrasta con la inmundicia y la brutalidad de los yahoos, bestias en forma humana, que desde un primer momento repugnan al propio Gulliver. El autor reconoce los vicios de la raza humana, tras relatarle a su amo (aquel que lo encontró) todas y cada una de las cuestiones humanas, tanto en la política (referencia a las guerras) como en la sociedad. Gulliver se queda con los houyhnhnms varios años, quedando completamente enamorado de ellos hasta el punto de que no quiere irse. Cuando le dicen que ha llegado el momento de abandonar la isla (debido a que no ven con buenos ojos que un houyhnhnms tenga a un yahoo en su casa, viviendo como él), Gulliver se desmaya del dolor. Al regresar a Inglaterra, Gulliver se siente disgustado con otros humanos (a los que llama yahoos), incluida su propia familia.


Historia curiosa la de Swift, que es realmente desesperanzadora sobre la raza humana (a diferencia del Robinson Crusoe de Daniel Defoe), pudiendose destacar las desgracias de Gulliver cada vez más perversas a la hora de llegar a uno de esos países aparentemente imposibles (primero sufre un naufragio, posteriormente lo abandonan, luego lo atacan desconocidos y finalmente se amotina su propia tripulación), por no hablar de que su actitud, la cual se endurece aún más si cabe con la raza humana hasta el punto de que llega a despreciarla por su inherente corrupción o las diferencias que provocan las guerras.

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