sábado, 14 de julio de 2018

El tío Benito y el cerrojo

Sin quitarle merito a los italianos y a su catenaccio (impuesto durante los años 60 con cierto éxito),  cabe decir que ya antes existía un esquema táctico conocido como cerrojo, que en España ya fue practicado e importado en los años 40 por Benito Díaz.


Díaz, como jugador destacó en la Real Sociedad donde estuvo 10 años (1917-1927), y con el estallido de la guerra civil emigró a Francia donde sería el primer entrenador del Girondins de Burdeos (creado de la fusión entre Girondins Guyenne Sport y Bordeaux FC), que inicialmente era amateur, pero gracias a los éxitos con Díaz como entrenador, fue aceptado por la Federación Francesa, llegando a disputar la Segunda División gala, como un equipo modesto de la categoría, pero que llegó a ganar la Copa de Francia en medio de los avatares prebélicos y bélicos con la entrada próxima de los nazis en el país. 

Equipo del Girondins

En su época francesa, Benito Díaz empezó a usar una estrategia de corte más defensivo, la WM, muy diferente al clásico 2-3-5. Colocaba a un hombre más detrás de los tres defensas, prescindiendo de un delantero. Nacía el cerrojo.
Cuando los nazis se disponían a tomar Francia, decidió aceptar la oferta de la Real Sociedad y, aunque era de convicciones repúblicanas, prefirió trabajar en la España franquista que en la Francia ocupada. Así inició su trayectoria profesional como entrenador en España en el equipo de su vida con el que descendió dos veces y ascendió dos veces, siendo en una de ellas campeón de Liga. 


Durante esa época, se produjo cierta controversia entre los defensores del sistema previo y los partidarios del modelo innovador (la WM). La Federación decidió mandar una circular en la que instaba a todos los clubes a utilizar la WM.
Esta táctica nunca alcanzó crédito en España y más la final de Copa de 1951 que midió al Barcelona y la Real Sociedad con una confrontación de estilos. Perdió la Real (concretamente 3-0); perdió el cerrojo. Años después, el catenaccio italiano, cuya forma esencial era esperar atrás y operar a través del contraataque, tomó su testigo, protagonizando páginas de gloria al Inter de Milán de Helenio Herrera (Campeón de Europa en 1964 y 1965) o la propia selección italiana. 


En cuanto al tío Benito (como se le empezó a conocer en los círculos cercanos) llegó formar parte del tándem (con Guillermo Eizaguirre) que entrenó a la Selección España para el Mundial de 1950 en el que quedaron cuartos, siendo posteriormente impulsor y dirigente durante mucho tiempo del Comité Técnico de Entrenadores de la Real Federación Española de Fútbol. Su último equipo sería el Atlético de Madrid. En 1968 le sería merecidamente concedida la Medalla de Plata al Mérito Deportivo por la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes (la predecesora del actual Consejo Superior de Deportes).

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