jueves, 7 de noviembre de 2019

Extraordinarias aventuras en la Tierra de Maple White

"No todo va a ser Sherlock Holmes" me dije cuando entre en el mundo desconocido al que nos llevaría hace más de 100 años Sir Arthur Conan Doyle, un escritor al que nunca asociariamos con las novelas de aventuras, pero está claro que en aquel año 1912 nos tenía reservada una buena sorpresa: El Mundo Perdido. 


El iracundo profesor Challenger parece haber descubierto merced a las investigaciones de un tal Maple White una tierra en la selva amazónica donde aún subsisten una serie de animales que supuestamente deberían haberse extingido hace millones de años, pero que aún perduran; una serie de animales prehistóricos, los grandes saurios... sin embargo, tiene un problema: nadie le cree. 


Es por ello por lo que decide emprender una expedición a la desconocida tierra a la que él le da el nombre de "Tierra de Maple White", para demostrar a su incrédulo público y a sus escépticos compañeros de ciencia la existencia de dichas especies prehistóricas, siendo acompañado por su inicialmente escéptico compañero el profesor Summerlee (el cual va en calidad de científico que acredite lo que en su momento considera barbaridades de una mente brillante, pero enferma), Lord John Roxton, un aventurero que conoce muy bien el Amazonas y Ed Malone, reportero del Daily Gazette (el cual nos cuenta la historia en primera persona. Es el narrador), que no tiene un buen comienzo con el profesor Challenger, puesto que el "buen científico" ya ha agredido a otros periodistas e inicialmente también agrede al propio Malone, aunque al final quedan como amigos, ya que el periodista le sirve como cronista de tan extraordinaria aventura. 


Por supuesto que encontraran saurios e incluso hombres-mono enfrentados a hombres de las cavernas, que se les harán pasar canutas. Y lo peor no son sus aventuras (o desventuras) en la Tierra de Maple White, sino el hecho de intentar salir de allí una vez conseguidas las pruebas de que allí hay animales prehistóricos. 


La primera película que adaptaba la novela no tardó en aparecer. en 1925 con Wallace Beery en el papel del profesor Challenger, siendo dirigida por Harry O. Hoyt e introduciendo novedosos efectos especiales de stop motion a cargo de Willis O'Brien y Marcel Delgado, los cuales trabajarían juntos en la versión original de "King Kong" de Merian C. Cooper. Una película significativa al igual que la novela en la que se inspira y es que a pesar de convivir con bestías de otra época, siempre conviene pasar al menos por un momento por la Tierra de Maple White; aquel extraordinario Mundo Perdido.

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