Nunca fue fácil que una mujer triunfara como escritora. No porque no tuvieran gran imaginación a la hora de elaborar historias, sino por una sociedad que no admitía que una mujer pudiera llegar a campos como el de la literatura. En España, esto fue aún más. Sin embargo, hubo muchas que no sólo llegaron, sino que alcanzaron el éxito. Una de ellas fue Ana María Matute, a la que, gracias a su estilo personal y único, muchos consideran una de las mejores novelistas de la posguerra española.
Ana María Matute Ausejo nació el 25 de Julio de 1925 en Barcelona, España, formando parte de una familia de la pequeña burguesía catalana, conservadora y muy religiosa. Sabemos que Ana vivió un tiempo considerable en Madrid, aunque poco sabemos de su infancia, salvo cuando cayo enferma a los 4 años, razón por la cual sus padres decidieron que fuera a vivir con sus abuelos en Mansilla de la Sierra, un pueblo en las montañas riojanas. Allí, Ana sería testigo de la sencillez propia de aquellas gentes, algo que le influyó muy posteriormente para su obra "Historias de la Artámila".
Sin embargo, lo que influyo poderosamente en Ana, al igual que en muchos niños de su generación, sería la guerra civil española. El odio y la incomprensión humana, unido a la pobreza y a la desesperación hizo que los niños de la guerra vivieran en medio de la soletad más absoluta por culpa de algo que no entendían.
Obras de Matute como "Los Abel", "Fiesta al Noroeste", "Pequeño teatro" o "Los hijos muertos" reflejan una condición de realismo impresionante, que reflejaba las miseras condiciones de los dificiles años de la posguerra. "Pequeño teatro" sería su primera novela y con "Luciérnagas" quedaría semifinalista del Premio Nadal, pero la censura impidió su publicación.
Libro censurado |
Matute consiguió la notoriedad que se merecía en los 50 y en esa década se casó con el escritor Ramón Eugenio de Goicoechea con el que tendría a su único hijo, Juan
Pablo, al que le dedicaría gran parte de sus obras infantiles. Se separa de
su esposo en el año 1963 y como resultado de las leyes españolas, donde la mujer siempre salía perdiendo, Matute
no tuvo derecho a ver a su hijo después de dicha separación (su
esposo obtuvo la tutela del niño), algo que le provocó problemas emocionales. Posteriormente, conocería al que calificaría como el Amor de su vida, Julio Brocard, con el que compartiría otra de sus pasiones: viajar.
En 1976 sería propuesta para el Premio Nobel de Literatura y en 1984 obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil con la obra "Sólo un pie descalzo". En 1996 publica "Olvidado Rey Gudú". En ese mismo año, es elegida académica de la Real Academia Española donde ocuparía el asiento "K". Era la tercera mujer en formar parte de la institución que regula las normas lingüísticas de los países que hablan castellano.No todo fue bueno en aquellos años 90, ya que Julio Brocard casualmente en el día del cumpleaños de la escritora. Esto afectaría a Matute, ya de por su afectada por una depresión desde hacía unos años.
En 2007 recibió el Premio Nacional de las Letras Españolas al conjunto de su obra. Posteriormente, en 2010 se le concedió el Premio Cervantes, el más prestigioso de la lengua castellana.
En los últimos años de su vida, viajó a muchas ciudades para dar conferencias, especialmente a los Estados Unidos, donde hablaba sobre los beneficios de los cambios
emocionales, los cambios constantes y cómo la inocencia
nunca se pierde del todo. Ella solía decir que, aunque su cuerpo fuese
viejo, su corazón todavía era joven.
Ana María Matute falleció el 25 de Junio de 2014, siendo una de las escritoras más leídas y admiradas del mundo hispano. Una mujer que supo consagrar su vida a la palabra escrita y es que ya lo dijo ella misma en su discurso de ingreso en la Real Academia Española: "La palabra es lo más bello que se ha creado, es lo más importante de todo lo que tenemos los seres humanos. La palabra es lo que nos salva".
Su vida y obra se puede consultar en: Ana María Matute-Wikipedia
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