Todos querían ser como él y todas querían estar con él. Así podríamos definir al clásico héroe de aventuras, que nos ha dejado el cine a lo largo de la historia. Y ahí es donde entra uno de los grandes del género; ahí es donde entra Errol Flynn.
Podríamos decir que Flynn fue el sustituto natural de Douglas Fairbanks, sin embargo, la llegada del cine sonoro supondría un boom en el que este australiano deportista (practicó boxeo, ganó la Copa Davis Junior y formó parte del equipo australiano en los Juegos Olímpicos de 1928 en Amsterdam, Holanda) aprovechó sus cualidades atléticas para las películas donde el era el típico galán aventurero que tenía que hacer frente a un grupo de personajes despreciables y se ganaba el amor de una bella joven.
Olivia de Havilland haría el papel de dicha joven con obras que nos sirven para conocer al gran e intrépido Errol Flynn como "El Capitán Blood", "Robin de los Bosques" (memorable) o "Murieron con las Botas Puestas". El carácter insolente de Flynn contrastaba con la tranquilidad de Olivia de tal modo que era imposible imaginarse una película de él sin ella.
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| Olivia y Errol |
En los 40, su carrera comenzó a declinar y muchos dicen que el hecho de que no fuera considerado apto para participar en la II Guerra Mundial lo afectó. Sus escarceos y fracasos matrimoniales también afectaron a un hombre que vivió como le dio la gana.
Lo ciento es que Errol Flynn fue el primer gran héroe del cine sonoro; uno de los grandes del cine de aventuras; el hombre que nos hizo creer que la leyenda de Robin Hood pudo ser posible.
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