sábado, 25 de abril de 2020

El Plan Marshall. Origen y consecuencias

No digo nada nuevo si comento que la Segunda Guerra Mundial fue un desastre en todos los aspectos, causando la devastación no sólo en número de vidas perdidas, sino a nivel social y urbano. Las ruinas, la desolación de algunas ciudades era terrible. Probablemente si no hubiese sido por los estadounidenses o que los nazis no hubiesen cometido el error estratégico de atacar la Unión Soviética mediante la Operación Barbarroja, la guerra hubiera durado muchísimo más, produciendo la aniquilación del viejo continente. Tras todo ello, serían los estadounidenses los que irían literalmente al rescate económico de Europa. Nacía el Plan Marshall.


El European Recovery Program (ERP, el programa de recuperación europea en inglés) se conoció de forma extraoficial como Plan Marshall porque se llevó a cabo mediante la iniciativa del Secretario de Estado George Marshall, uno de los más grandes e importantes Generales que ha dado los Estados Unidos de América.  

El General Marshall 

Aprobado por el Congreso y el Senado estadounidense, éste consistía en una serie de ayudas económicas por valor de unos 12.000 millones de dólares de la época (¡una barbaridad!) para la reconstrucción de los diferentes países de Europa devastados tras la Segunda Guerra Mundial (por eso lógicamente España no se llevó ningún duro, quedando retratada tal cosa en la maravillosa obra cómica costumbrista de Berlanga :¡Bienvenido, Mister Marshall"). 
El plan estuvo en funcionamiento durante cuatro años, comenzando en 1948. Los objetivos de los Estados Unidos no sólo era reconstruir las zonas destruidas por la guerra (algunas, como ya les comenté, daba pena verlas) sino eliminar barreras al comercio y modernizar la industria del viejo continente. La idea que subyacía dentro del Plan Marshall era evitar la propagación del comunismo a nivel económico, generando un contrafuerte de carácter capitalista en una época donde los ideales autoritarios de la URSS estaban en auge.


El Plan Marshall requirió de una disminución de las barreras interestatales (aranceles), una menor regulación de los negocios, alentando un aumento de la productividad, la afiliación sindical y nuevos modelos de negocio. Una adaptación a los nuevos tiempos.
Los mayores receptores de estas ayudas fueron el Reino Unido (26%), Francia (18%) y la Alemania Occidental (11%), siendo hasta 18 países los que recibieron ayudas. Los países comunistas (o los dirigentes comunistas más bien) se negaron a recibir ayudas por parte de los Estados Unidos puesto que consideraban tal cosa una injerencia de una potencia extranjera y que corrían el riesgo de convertirse en Estados clientelares o dependientes de los estadounidenses. Esa fue una crítica al Plan y otra muy posterior es que dicho Plan, aunque ayudó en la reconstrucción, no fue decisivo como tal, ya que ésta se estaba produciendo antes de 1948. 


Desde ese momento se utiliza a veces el término "Plan Marshall" para referirse a una serie de ayudas urgentes de rescate económico a gran escala.

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