viernes, 23 de febrero de 2018

¡Qué Barbara!

"Ingenua, sin ninguna sofisticación, indiferente al maquillaje, la ropa o el tocado, aquella corista podía robarte el corazón y hacertelo pedazos"
 Frank Capra
 
Escribió el biografo Axel Madsen de ella que era la estrella que justificaba con sus personajes cada céntimo pagado en la taquilla y no le faltaba razón. Barbara Stanwyck cautivó a millones de espectadores desde aquel lejano cine mudo para proseguir en el sonoro.


Sus inicios fueron muy lejos del cine. Telefonista y corista, Barbara a la que le iba el mundo del espectáculo comenzó a trabajar en Broadway, conociendo al actor Frank Fay, con el que se acabaría casando y con el que tendría un matrimonio indudablemente conflictivo y es que la obsesión del actor por convertirla en gran actriz acabó lastrando su matrimonio (de hecho, se dice que la película "Ha nacido una estrella" esta basada en la pareja Fay-Stanwyck). Su separación fue efectiva en 1935, precisamente cuando la carrera de Barbara comenzó a despegar. Poco después se casaría con el actor Robert Taylor. Su amistad con un grande como William Holden (al que conoció en "Sueños de Oro") es legendaria y duró hasta la muerte de Holden por un accidente doméstico. 


Después de algunas películas con directores del calibre de John Ford o Frank Capra, Barbara alcanza el estrellato con su "Stella Dallas" (de King Vidor) con la que lograría su primera nominación a los Oscars. Su estrella crecería a partir de entonces. 

Dos jovenes Barbara Stanwyck y William Holden

Barbara electrizó todas las producciones en las que intervino, algunas de ellas grandes clásicos del séptimo arte como la mencionada "Stella Dallas", "Las Tres Noches de Eva" (donde literalmente volvía loco a Henry Fonda), "Juan Nadie", "Bola de Fuego" (aquella corista de piernas espectaculares que enamoró al despistado sabio interpretado por Gary Cooper) y, por supuesto, "Perdición"... ¡Qué perdición! 


Barbara con esa actuación fuertemente extraordinaria como la malvadamente deliciosa Phyllis Dietrichson fue un ejemplo innovador de las mujeres controladoras, capaz de llevar a todo el que le rodea a su terreno y todo a pesar de aquella peluca rubia. Pero... ¿Cómo no fijarse en aquella hipnótica pulsera en su tobillo?


Su fenomenal actuación de mujer fatal no le valió para ganar el Oscar (en dura competencia con Ingrid Bergman) y siguió haciendo películas, entre las que se encuentran  "El Extraño Amor de Martha Ivers" con un jovencísimo Kirk Douglas, "Voces de Muerte" o "Tempestad de Pasiones" (de Fritz Lang). 


A pesar del tiempo, la autenticidad de sus actuaciones aún resuenan, es evidente que Barbara respondía al tipo de mujer o actriz que se alejaba completamente del estereotipo de heroína que casi siempre nos ha ofrecido el cine, convirtiéndose por otro lado en una de las femmes fatales más recordadas de la gran pantalla. Barbara era muy grande.

1 comentario:

  1. Hácete un post de Elías Figueroa el mejor defensa de la historia del fútbol por tener más cantidad de títulos individuales y por el reconocimiento de sus pares (incluso Beckenbaeur)

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