"Laguneros, cuando crucéis por los aledaños de la vieja torre románica, sombría y hermética en su mudez de siglos, acordaos de que allí están los vestigios de la primera Iglesia de la Isla. Y, entre ellos, en aquel trozo viviente de antigüedad y tradición, el Alma de Rodríguez Moure"
Leoncio Rodríguez
En San Cristóbal de La Laguna sería donde nació un día del año 1855 uno de los historiadores más importantes que ha dado la isla y que, salvo alguna que otra calle y algún busto, quizás no ha recibido el reconocimiento que merece. Don José Rodriguez Moure, cura de la Iglesia de la Concepción de la ciudad que le vio nacer, es sin lugar a dudas una autoridad en la cultura de las islas.
Hombres de ideas liberales y profundo admirador de otro canario ilustre, don José de Viera y Clavijo, Rodriguez Moure, hombre de ideas liberales (que le proporcionaron amistades y animadversiones), estudió teología en Sevilla, aunque su carrera sacerdotal la ejerció en la ciudad de los Adelantados a la que dedicó varios libros y de la que fue el primer Cronista Oficial desde el año 1909.
Decía don Buenaventura Bonnet que Moure fue el último representante de esa escuela
histórica que nació en San Cristóbal de La Laguna en ell XVII con Fray Juan Núñez de la Peña y continuó en el XVIII con el cronista José de Anchieta y Alarcón.
Historiador, jurista e investigador, don José logró reunir un fondo documental y bibliográfico sobre Canarias, impresionante y que llegó a ser calificado por Rumeu de Armas como el más importante de las Islas. Moure, todavía vivo, donó a la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, su legado historiografico donde aún se conserva. Igualmente regaló los dos cuadros más antiguos que conserva la propia Sociedad: la entrada del obispo Folgueras a la ciudad y el retrato de Agustín Madam, así como también varios grabados canarios.
Historiador, jurista e investigador, don José logró reunir un fondo documental y bibliográfico sobre Canarias, impresionante y que llegó a ser calificado por Rumeu de Armas como el más importante de las Islas. Moure, todavía vivo, donó a la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, su legado historiografico donde aún se conserva. Igualmente regaló los dos cuadros más antiguos que conserva la propia Sociedad: la entrada del obispo Folgueras a la ciudad y el retrato de Agustín Madam, así como también varios grabados canarios.
Hoy en día se han hecho esfuerzos (más o menos) en recuperar la memoria de un hombre que paradojicamente hizo todo lo posible porque la memoria de los canarios no se perdiera y que supieran valorar y conservar lo suyo.
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