Este sería el primer Campeonato del Mundo que recuerdo de forma intensa. En este Campeonato se tenían grandes expectativas para que Brasil (con Ronaldo, Rivaldo, Roberto Carlos, ...) revalidaran el título, pero no contaron con precisamente la que era la anfitriona: Francia.
Hasta la fecha, el mayor éxito de Francia en un Mundial fue los terceros puestos de 1958 (su líderera Kopa) y 1986 (su líder era Platini), pero los galos tenían cierta esperanza de hacer algo grande en su Mundial.
Francia ganó los tres partidos de su grupo (entre sus rivales se encontraba Dinamarca), pero sería en las rondas eliminatorias donde tocaría sufrir. Victoria por la mínima ante Paraguay en la prórroga y victoria en los penaltis ante la rácana Italia. Después tocó la revelación croata liderada por Davor Suker. Precisamente el mencionado Suker marcó el primer gol, pero dos trallazos de Thuram certificaron el pase a la final, siendo Brasil el rival a batir.
Dejando de lado supuestas indisposiciones de Ronaldo, el equipo brasileño no dio la talla. Dos soberanos y grandiosos cabezazos de Zidane certificaron una victoria a la que Petit puso la guinda al final con una goleada que le daba a los galos el Mundial. Su Mundial.
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