sábado, 9 de julio de 2016

La justificación de lo injustificable

Resulta curioso como un club como el Barcelona se ponga del lado de un futbolista, su máxima estrella, que acaba de ser condenado por defraudar a hacienda; resulta curioso que algunos vean manos negras en este caso. Sin embargo, estamos ante un caso, el de Messi, que refleja a la perfección que algunos sólo quiere que se aplique la Ley algunas veces siempre y cuando no afecte a sus querencias personales (cierta presunta monja de origen argentino, aunque nadionalista catalana (¿?) parece ser de estos últimos). Pasa en la política ¿Cuántas veces escuchamos a un político o a una persona de una ideología concreta criticar inmisericordemente al adversario político cuando le afectan casos de corrupción y apelar a la presunción de inocencia cuando es de los suyos?
 

Tremendamente lamentable no es aquel país donde haya casos de corrupción (desgraciadamente algo propio del ser humano), sino aquel país donde por un motivo y otro puede justificarse que se robe a hacienda (o sease a todos) o se robe en función de una ideología, admiración deportiva, etc. Nadie duda (creo yo) que Messi es un buen futbolista, pero la estafa a hacienda no se debe justificar la haga un futbolista de este o aquel equipo, la haga un política de los "nuestros" o de los "otros" porque la corrupción o el fraude a hacienda no conoce colores de ningún tipo. Por eso se debe ser tajante con cualquier caso la haga quien la haga y no con palabras, sino con hechos.

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