jueves, 7 de julio de 2016

Un grito desgarrador

"Paseaba por un sendero con dos amigos - el sol se puso - de repente el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio - sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad - mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad, sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza"
Edvard Munch

Edvard Munch ya desde su más tierna infancia no tuvo una vida feliz. Educado por un padre severo y estricto que, siendo niño, vio morir a su madre y a una hermana de tuberculosis. Posteriormente, a Laura, su hermana favorita, le diagnosticaron un trastorno bipolar y fue internada en un psiquiátrico. Munch estaba loco de rabia por todas y cada una de las cosas que le estaban pasando. No podía soportarlo. Así que inicialmente creó un cuadro al que título la desesperación, el cual representa a un hombre con un sombrero de copa, de medio lado, inclinado sobre una prohibición y en un escenario similar al de su experiencia personal. Munch rechazó el cuadro y dibujo otro. En este caso nos mostraba una figura andrógina, de frente, mostrando el rostro, y con una actitud menos contemplativa y más desesperada. También lo llamo la desperación, pero nosotros lo conocimos como el grito. 


El cuadro fue expuesto por primera vez en 1893, formando parte de un conjunto de seis piezas titulado "Amor". La idea del artista era la de representar las distintas fases de un idilio, desde el enamoramiento inicial a una ruptura dramática. El grito simbolizaría la última etapa, envuelta en la angustia.

Edvard Munch

La obra fue muy bien acogida desde el principio, siendo clasificada dentro de lo que se llamó arte demente y aunque los nazis retiraron en su momento dicha obra (ellos clasificaron a Munch de artista degenerado), la obra pervivió, así como las diferentes copias que realizó el artista en la que es su obra más reconocida. 

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