Mario Alberto Kempes no era un simple delantero; era un grandisimo goleador. Tanto fue así que por su increíble voracidad goleadora que todos lo llamaron el matador. Un auténtico asesino del área. El goleador que llevaría a Argentina a su primer Mundial.
Criado en el Instituto Atlético Central Córdoba para acabar fichando para el Rosario Central donde sus goles harían la delicia de los aficionados y serían la pesadilla de sus adversarios. No era especialmente técnico, pero para meter goles sólo hacía falta tener instinto y gran capacidad de desmarque y Kempes la tenía.
En 1976 ficharía por el Valencia donde haría una gran carrera, aparte de ser el líder de la Argentina entrenada por Menotti. En el Campeonato Mundial de 1978 celebrado precisamente en Argentina se proclamarían campeones, siendo el matador su principal artífice. anotó 6 goles, anotando dos goles en la final a Holanda. Kempes estaba en la cresta de la ola.
Posteriormente llegarían títulos con su club como la Copa de España y la Recopa de Europa, siendo durante este último trofeo entrenado por Di Stéfano. Ya a principios de los 80, con un Valencia venido a menos, ficharía por el River Plate donde seguiría anotando goles y es que en todos y cada uno de sus clubes siguió marcando goles, pasando por el Hércules y el First Vienna entre otros, retirándose defintivamente en 1996.
Aún hoy muchos recuerdan sus muchos y decisivos goles. El matador Kempes dejó una estela de tantos que lo catapultaron a ser uno de los más grandes goleadores de la historia del fútbol. Y es que no ha habido muchos goleadores como el matador Kempes.
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