"Espantáronse los isleños de ver aquella flota y metiéronse al monte, dejando desamparadas sus casas y haciendas. Entraron algunos españoles la tierra adentro y hallaron cuatro mujeres con tres criaturas y trajéronlas a Cortés, y por señas de los indios que consigo llevaba, entendió que la una dellas era la señora de aquella tierra y madre de los niños. Hízole Cortés buen tratamiento, y ella hizo venir allí a su marido, el cual mandó dar a los españoles buenas posadas y regalarlos mucho. Y cuando vio Cortés que ya estaban asegurados y contentos, comenzó a predicarles la fe de Cristo. Mandó a la lengua que llevaba, que les dijese que les quería dar otro mejor Dios que el que tenían. Rogóles que adorasen la Cruz y una imagen de Nuestra Señora, y dijeron que les placía. Llevólos a su templo y quebrantóles los ídolos y puso en lugar dellos cruces y imágines de Nuestra Señora, lo cual todo tuvieron los indios por bueno. Estando allí Cortés nunca sacrificaron hombres, que lo solían hacer cada día"
Historia de la vida y hechos del Emperador Carlos V, Prudencio de Sandoval
Mucho se ha hablado, escrito y maldecido la figura de un hombre de su tiempo. El personaje en cuestión no es otro que Hernán Cortés, conquistador de Méjico y Gobernador de la Nueva España. Aquel al que los mexicas con Moctezuma II, Emperador del Imperio Azteca a la cabeza, tomó por Quetzalcoatl, Dios de la sabiduria, y cuya mitologia identificaba como un hombre blanco y barbado, que habría de volver en un tiempo indeterminado.
Puede que la gran acogida recibida por Cortés, natural de la localidad extremeña de Medellín y nacido en 1485, fuese el detonante para que el Imperio Azteca, uno de los más grandes de la historia con hasta 15 millones de habitantes, se extinguiera poco a poco. La agitación indigena vinó a raiz del profundo desprecio que sentían los españoles hacía sus creencias, que incluian los sacrificios humanos. Pedro de Alvarado sería el encargado de acabar con un supuesto intento de conspiración, generando una gran controversía entre indigenas y castellanos, que llevó a una guerra que Cortés intentó evitar sin conseguirlo, algo a lo que no ayudó la muerte de Moctezuma. Finalmente se haria con el control de la zona gracias también a la colaboración con enemigos del Imperio Azteca, que lo ayudaron tanto materialmente como a la hora de informarle sobre el terreno y así contrarrestar a sus enemigos.
Moctezuma II recibe a Hernán Cortés |
El final de Cortés fue relativamente triste. Tras haber conquistado gran cantidad de tierras para Castilla, tras la muerte de los Reyes Católicos y la llegada de Carlos I (V de Alemania)
practicó una política de recorte de los poderes de los conquistadores
para controlar más directamente las Indias, enviando funcionarios reales para compartir la autoridad de Cortés
hasta que, en 1528, fue destituido y enviado a la Península Ibérica.
Mucho se ha hablado sobre la crueldad de Cortés, llegandose a creer por parte de los españoles no tanto por la leyenda negra proporcionada por Francia o Inglaterra, sino por el indigenismo sobre todo a raiz de la descolonización del Siglo XIX, tachando al conquistador de sanguinario y mezquino, un ser que acabó con una cultura ancestral que vivía en perfecta armonia. Claro que esto sería verdad si los aztecas no hubieran anexionado tierras, generandose terribles enemigos (que colaboraron con Cortés) o los tan "olvidados" sacrificios humanos.
Hernán Cortés no fue ni muy bueno, ni muy malo. Fue un hombre de su tiempo al que las generaciones futuras valoran con ojos del presente, descontextualizando una época en la que todos cometieron salvajadas de grandísimo calibre. Cabe decir que Cortés, el tan malvado Cortés, posibilitó las uniones entre indigenas y castellanos, fomentando el mestizaje, ya que creía en la total adaptación de los indigenas a su cultura y a la toma de decisiones de la Nueva España, algo que no pasó en la conquista de América del Norte por parte de Inglaterra donde las matanzas, la violencia, el racismo y el exilio a una suerte de guetos llamados reservas fueron la tónica dominante sobre la que crecerían los futuros Estados Unidos de América.
Hernán Cortés, aunque a algunos les duela o lo nieguen, fomentó la integración en una época. Hizo barbaridades en un momento dado, nadie lo niega, pero también es un error juzgar el pasado con las gafas del presente.
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