Su nombre real era Rodolfo Pietro Filiberto Raffaelo Guglielmi di Valentina. Los estadounidenses lo conocieron como Rudolph Valentino, mientras los latinos lo reconocimos como Rodolfo Valentino, uno de los más grandes actores del cine mudo.
Un día 23 de Agosto de 1926 moría tan gran actor después de una peritonitis, tras ser intervenido de una úlcera perforada. Las noticias eran horribles. Valentino tenía ese aire de actor con empaque que a su vez no perdía ese sentido de galán que tanta fama le dio. Eso unido a su evidente atractivo físico hizo que desde la pantalla enamorase a miles de mujeres, las cuales soñaban estar a solas con uno de los más grandes del cine. Personajes como el caíd forman parte de su leyenda.
La muerte de Valentino cayó como una bomba entre sus fans, muchas de las cuales se suicidaron al no soportarlo. El cortejo fúnebre que lo trasladó hasta el Hollywood Memorial Park Cemetery (actual Hollywood Forever Cemetery) fue multitudinario y es que se se iba un gran actor al que nunca pudimos oir en pantalla (el cine hablado tardaría unos meses en llegar).
Desde ese momento, infinidad de admiradoras que lo vieron actuar en sus viejas películas mudas o que aprecian su figura han ido hasta el lugar donde reposan sus restos como si de una peregrinación se tratara. Y asi, tras poner una flor, contemplan la lápida de uno de los más grandes y seductores actores del Hollywood mudo.
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