viernes, 24 de enero de 2020

Tito: el dolor de cabeza de Stalin

Stalin era el lider supremo de la Unión de Republicas Socialistas Soviéticas; todo el orbe socialista se rendía a sus pies. A pesar del pacto entre comunistas y nazis (roto por Hitler con la operación Barbarroja, que pretendía la invasión de la URSS) había estado entre los vencedores. Los comunistas entraron en el mismisimo Berlin; desgraciadamente eso influyó en una corriente europea de intelectuales de izquierda que llegó a admirar regimenes totalitarios comunistas, a pesar de barbaridades como la invasión de Hungría o la definitiva destrucción de Polonia. Sin embargo, el dictador comunista, un auténtico carnicero, encontró la horma de su zapato en un teorico amigo ideológico. Éste era el dictador yugoslavo Josip Broz, "Tito".


Tito (ignoro el motivo de tal apodo) era un humilde obrero sindicalista que había entrado en contacto con el socialismo desde su juventud para derivar en posiciones de izquierda más radicales, que se vieron afianzadas durante la Segunda Guerra Mundial, cuando su país se vio invadido por los nazis en una época donde ya era secretario general del partido comunista yugoslavo.
Tito organizó la resistencia con sus partisanos y la ayuda de algunos colaboracionistas, sin recibir ayuda ni de la Unión Soviética ni de los aliados occidentales. Juntos, bajo su dirección, libertó al país del ejército ocupante, algo que determinó la instauración de un régimen político autónomo respecto a las dos superpotencias (la URSS y los Estados Unidos) que se repartieron el mundo en la posguerra, iniciandose lo que se denominaria la guerra fría.


En 1945 se proclamó la República Popular Federativa de Yugoslavia (con un régimen comunista de partido único), en la que Tito ejercería el poder hasta su muerte, primero como Jefe de Gobierno (1945-1953) y después como Presidente de la República (1953-1980). Dictador al fin y al cabo. El que se opusiera firmemente al "imperialismo américano" era lo suyo, pero que se opusiera al "imperialismo soviético" era algo que los rusos y Stalin nunca tragaron.

Mao y Stalin

Es verdad. Tito nunca aceptó la intervención soviética en su país y mucho menos que Stalin le dijese lo que tenía que hacer y pensar. Por eso Stalin siempre despreció a Tito, al que consideraba un paría. Tito, más allá de su ideología comunista, tenía un concepto nacional que iba más allá de eso; nadie de fuera le iba a decir lo que tenía o no tenía que hacer. El hecho de que la URSS no formase parte de la liberación yugoslava fue clave. Como consecuencia de ello, el país no se integró en los sistemas de alianzas del bloque soviético (COMECON y Pacto de Varsovia), entablando relaciones comerciales con los países occidentales e impulsando un movimiento de países no alineados (junto con Nasser, Nehru y demás).


Eso a la postre lastró su posición. El modelo económico del socialismo autogestionario así como el modelo político de la federación yugoslava fracasaron y las dificultades económicas y los conflictos nacionalistas hicieron que la dictadura se endureciese aún más hasta la muerte de Tito. Sus sucesores fueron incapaces de frenar la descomposición del país, que tardó poco en llegar a la guerra civil. Tito, cuyo régimen asesinó a prisioneros de guerra, causando un genocidio atroz que llevó a la limpieza etnica, fue el miserable que se opusó a otro miserable llamado Stalin.

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