sábado, 4 de junio de 2022

Rosa y mortal (por Paco Umbral)

"Y su afanoso sueño de sombras, 
otra vez, será el retorno 
a esta corporeidad mortal y rosa 
donde el amor inventa su infinito"
Pedro Salinas 

Magnífica, sublime, trágica... todos esos calificativos se me vinieron a la cabeza cuando estaba leyendo este diario íntimo de Umbral, que no es otra cosa que toda una elegía al hijo perdido; el hijo por el que uno hubiera dado la vida y ahora no está.


En el fondo no deja de ser un homenaje a la infancia; una fuerza evocadora no ya sólo del hijo perdido, sino de todos los niños. Una fuerza impresionante en cada una de las palabras que brotan de un hombre que siente necesidad de poner por escrito aquello que le atormenta para que como una especie de catarsis liberadora que todo lo mueve. 
De entrada decirles que no es una obra fácil de leer y no porque no se comprenda su contenido, sino por lo trágico de su contenido. Sobre todo no es fácil de leer si se ha perdido a un ser querido, pero... ¡Es que perder un hijo!
Incluso uno se llega a preguntar (y así lo expresa Umbral) cómo es posible un mundo donde mueran los niños. Dice don Paco que cuando uno es padre es un poco "padre de todos los niños" y seguro que alguno ha tenido esa sensación. El compadecimiento nos hace más humanos y, en cierta medida, más desgraciados porque, creamos lo que creamos, no podemos evitar ponernos en el lugar de aquel que sufre.
Dolor y belleza encontramos en este diario íntimo que Umbral quiso llegarnos hace ya más de 40 años (fue publicada en 1975). No es ni mucho menos una obra de autoayuda, sino relato lleno de energía (a pesar de todo); donde a pesar del dolor quedó una cosa; algo infinito: el Amor.

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