miércoles, 16 de diciembre de 2020

"Parece un gato"

En el año 852 el islam ya estaba asentado en la Península Iberica. Fue ese año cuando Muhammad I, hijo de Abderramán II construyó una fortificación, la cual se hallaba compuesta de una gran muralla que rodeaba el valle del Manzanares y la Sierra de Guadarrama, edificando dentro de ella una mezquita, la "Almudaina”. Asi se fundaba Mayrit, cuya toponimia no está clara (ya había antiguas ruinas de la época romana), pero según parece es el híbrido de dos topónimos: uno de origen mozárabe, matrice, que significa "fuente", y otro de origen árabe, majrà, que quiere decir "cauce" o "lecho de un río", aludiendo quizás a la abundancia de arroyos y aguas de carácter subterráneo de la zona. Lo cierto es que Mayrit se convirtió en una de las joyas de la corona de la Península dominada por los hijos de la media luna.


En 1083, el ejército cristiano del Rey Alfonso VI de León procedente de Segovia y comandado por Diaz Sanz decidió conquistar Mayrit. En plena toma, un soldado por propia iniciativa o porque se lo ordenaron tuvo la determinación de escalar la gran muralla, que medía unos 12 metros de altura. Usando solamente una daga, comenzó a escalar la pared con una agilidad sorprendente, quitando la bandera árabe y poniendo la cristiana. Se cuenta que los musulmanes quedaron tan sorprendidos por la agilidad del soldado que llegaron a decir: "parece un gato". 
Mayrit cambió de bando, pasando de ser musulmana a ser cristiana, siendo conocida posteriormente como Madrid, la Villa de Madrid, donde estaría la Corte del Imperio más poderoso de la historia y que es la capital de España. 
Con el paso de los años, todos los nacidos en Madrid fueron conocidos popularmente como gatos, aparte de existir el apellido Gato, del que se dice fue usado por primera vez por aquel soldado cuya agilidad sorprendió a los musulmanes.

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