miércoles, 19 de agosto de 2020

Como un tiro a la luna

Don Julio Verne nos había llevado por innumerables sitios e incluso para el centro de la Tierra, pero lo que escondía su mente era su objetivo y también el de muchos soñadores durante tanto tiempo: poder viajar a la luna; poder rodearla; sentirla. 
 
 
Lo cierto es que la primera obra "De la Tierra a la Luna" nació como una especie de satira del mundo estadounidense, del estereotipo américano, donde primaba el honor y que no consentía que se pusiese en duda sus sueños. Así, los miembros del Gun-Club. con su Presidente Barbicane a la cabeza y aburridos porque ya no hay guerras donde disparar, se proponen enviar a la Luna un proyectil, que será disparado por un monstruoso cañón Columbiad. Ahi entraran no sólo Barbicane, sino su eterno enemigo Nicholl y el aventurero francés (¿guiño de Verne a su país?) Miguel Ardan, que pone a los otros dos de acuerdo no sólo para enviar el proyectil a la luna... sino para ir contemplando las maravillas selenitras, algo impensable hasta el momento y que se nos relata en la secuela "Alrededor de la Luna".
 
 
Gran conoceedor de los avances técnicos y de los descubrimientos del momento, Verne es toda una enciclopedia a la hora de relatarnos lo que se conocía entonces de la Luna, aparte de mostrarnos otros temas como la hermandad entre países (los cuales contribuyen economicamente en su mayoría para la construcción del proyectil y lanzadera), la posibilidad cierta o no de que la Luna no sólo esté habitada, sino que pueda ser habitada por el ser humano, por no hablar de predicciones tales como el lugar del lanzamiento del proyectil en Florida, muy cercano al Cabo Cañaveral, es cual es el lugar de lanzamiento de la NASA. Una obra magnífica que nos hace sentir participes de una historia increíble.

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