El Arca perdida

Es uno de los objetos más trascendentales de la historia antigua; un objeto de poder como se decía antes, ya que era algo más que un simple recipiente; allí se encontraban las Tablas de la Ley, que según la el Antiguo Testamento, le dio Yahvé a Moisés, el profeta y libertador del pueblo judío de la servidumbre en Egipto. Les estoy hablando del Arca de la Alianza; una Alianza que selló Yahvé con el pueblo hebreo; el pueblo elegido.

Los escritos bíblicos nos dan una descripción pormenorizada del Arca: el cofre medía 2,5 codos de largo, 1,5 de ancho y 1,5 de alto (111 cm. × 67 cm. × 67 cm.), y estaba hecho de madera de acacia, revestido de oro puro tanto por dentro como por fuera. Lo coronaba un artístico “borde de oro” en forma de guirnalda “ La segunda parte del Arca, su cubierta, estaba hecha de oro macizo y tenía la misma longitud y anchura que el cofre. Sobre esta cubierta habían dos querubines de oro de labor a martillo, uno a cada extremo de la cubierta, con sus rostros vueltos el uno hacia el otro, las cabezas inclinadas y las alas extendidas hacia arriba. El Arca durante mucho tiempo fue guardada en un Tabernáculo, que era un templo móvil, y era llevada a las batallas del pueblo hebreo, diciéndose que era tal Poder el del Arca, que hacía que el pueblo elegido saliese victorioso en todos sus enfrentamientos dado que Yahvé estaba con ellos.El Arca era el símbolo evidente de la presencia de Dios.

La historia nos cuenta que el Rey David proyecto la construcción de un Templo en Jerusalén en el que el pueblo pudiera realizar sus cultos religiosos y guardar el Arca de una forma más segura. El Templo lo llevaría a buen termino el hijo de David, el Rey sabio Salomón, por lo que el Templo también fue conocido como el Templo de Salomón.

El Arca es trasladada a Jerusalén

Cuando Nabucodonosor II, rey de Babilonia, invadió Jerusalén, destruyendo el Templo y saqueando todos los objetos valiosos del mismo, el Arca fue colocada en un lugar seguro y secreto antes de la invasión y posterior deportación de los judíos. A partir de ahí, se le pierde el rastro. 

Templo de Salomón

La tradición más extendida nos la relata el Segundo Libro de los Macabeos, contando que el profeta Jeremías siendo advertido antes de la invasión babilónica, movió el arca desde el Templo, y la hizo enterrar en una cueva del Monte Nebo. También dicen que fue sacada mucho antes de la invasión por el hijo en común que tuvieron la Reina de Saba y Salomón, Menelik I, y que esta bajo custodia en la Capilla de las Tablas en la Iglesia de Nuestra Señora de Sion en Etiopia, donde se encontraba Saba, con la prohibición de que nadie vea el Arca. Unos pocos afirman que esta enterrada debajo de los restos del Templo de Salomón.

Lo cierto es que muchos han intentado hacerse con un objeto de poder tan grande y que ha despertado la fantasía de muchos aventureros honrados y de gente despreciable e inmunda como los nazis. En todo caso, la posibilidad de hallar el Arca sigue abierta en la actualidad. Y es que no habría un descubrimiento tan grandioso como la posibilidad de encontrarnos, en cierta medida, frente al mismo Dios.