Lamentable. Sólo así se puede definir el que, según el CIS, 2 de cada 10 españoles haya leído el Quijote al menos una vez en su vida. De entre los no lectores muchos argumentan que es aburrido y que prefieren dedicar más tiempo a la televisión o a la pareja. Por otra parte, de los que lo han leído, un irrisorio 10% lo ha hecho por placer, mientras la mayoría lo ha hecho por obligación.
Decía don Miguel Delibes que un pueblo sin literatura es un pueblo mudo; yo añadiría que un individuo de un pueblo que no ha leído al menos una vez en su vida la Catedral de la Literatura Universal que es el Quijote, siempre lleno de ironía y grandeza en sus citas, es un pueblo muerto, ya que no sólo esta despreciando una simple obra destinada a desacreditar los libros de caballería, sino al acervo cultural y casi filosófico, que representa el caballero de la triste figura.
Cabe decir que fomentar la lectura no significa obligar a leer, algo que se ha estado haciendo de forma insensata (la mayoría de los que han leído el Quijote han sido obligados). Se trata de hacer ver a una población lo importante que es para el desarrollo social y personal el hecho de leer; aparte del placer que produce. El noble arte de la palabra escrita esta en peligro por un pueblo que no sólo la desprecia, sino que deja de lado a una de las obras más increíbles y maravillosas de la Literatura Universal.
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