Hubo muchos que se creyeron que el referéndum griego era todo un órdago de un pueb "digno" a una UE a la que sus Gobiernos anteriores habían mentido descaradamente. Pues resulta que para lo único que sirvió el referéndum es para dejar las cosas como estaban y llenar los periódicos con las mismas mentiras y bravatas populistas de siempre.
Más les vale a los griegos pagar los impuestos a su propia Hacienda, no gastar lo indecible en defensa, tener un catastro propio o no jubilarse a los 50 antes que hacer caso a su Gobierno comunistoide, que sólo cuenta con el apoyo de la extrema izquierda y la extrema derecha, profundamente, por sí algunos no lo saben, antiparlamentarias y sectarias.
En todo caso me aburren los comentarios que se hacen desde países como España donde se pretende dar lecciones de la situación griega y de la supuesta "dignidad" helena cuando es precisamente Grecia la que se ha buscado la ruina no por simples decisiones erróneas a nivel económico, sino por falta de moralidad a la hora de actuar, algo que, por cierto, es un gran mal de los países del sur de Europa.
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