viernes, 3 de febrero de 2017

El pato Donald... en la tierra de los locos

Con la entrada de los Estados Unidos en la guerra, infinidad de cómics y cortometrajes salieron exaltando los valores nacionales, pero también tenían el objetivo despreciar y en muchos casos de ridiculizar al enemigo nazi y sus aliados. Walt Disney también entró de lleno en la propaganda antinazi, utilizando a uno de los personajes más queridos: el pato Donald. 


La historia transcurre en Nutzi Land, que se pronuncia muy parecido a Nazi Land, pero en este caso la llamó asi utilizando un juego de palabras, ya que Nutzi Land se traduce como "Tierra de locos". En ella se nos muestra a una banda de música nazi en la que destacan las caricaturas de Hideki Tojo tocando la tuba, Göring tocando la flauta travesera, Goebbels tocando el trombón (liderando a su vez el grupo) y Mussolini tocando el bombo, con una canción, en la cual dicen estar orgullosos de hacer Heil en el rostro de Hitler al que definen como un "super hombre". 


Donald no es más que un soldado nazi que es llevado por la fuerza a un almacén de municiones donde debe atornillar la espoleta de proyectiles de obús, haciendo una evidente crítica a una economía alemana excesivamente militarizada, la cual iba hacía la construcción de armamento esclavizando al trabajador gérmano, pero no es la única referencia contraria al nazismo. Se critica la exaltación estúpida y excesiva de un tirano como Hitler al que algunos reverenciaban diariamente, el racionamiento y privaciones en Alemania debido a la guerra (curioso ver a Donald desayunando una infusión de café hecha con un solo grano que esconde en una caja fuerte o un trozo de pan tan duro que hay que cortarlo con un serrucho), la lectura obligatoria del "Mein Kampf", la promoción del racismo, etc. 

 
 
A destacar la escena en la que el excesivo trabajo de Donald poniendo municiones en el taller hace que éste se vuelva loco como en una escena de pesadilla que en cierta medida recuerda un poco al "Tiempos Modernos" de Chaplin. Es el caos y la opresión laboral ejercida por un régimen tiránico y atroz como el nazi el que lleva la locura
Sin embargo, el pato despierta... y despierta de una terrible pesadilla, ya que para su gran regocijo está en la tierra de la Libertad que es los Estados Unidos, el cual es representado en la Estatua de la Libertad. La historia termina con el rostro de Hitler (la cinta se llamó "Der Fuehrer's Face", aunque inicialmente iba a titularse "Donald Duck in Nutzi Land", recibiendo un tomatazo, el cual forma el "The End".


Este corto recibió el Oscar del año 1943, aunque permaneció escondido en parte porque, a pesar de que el mensaje era antinazi, a Walt Disney no le gustaba ver a uno de sus personajes como un nazi... hasta  que en 2004 tuvo lugar su primer lanzamiento para vídeo casero. 

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