Imaginense. Una mujer pasea tranquilamente la mañana de un día cualquiera cuando en un terreno baldío se encuentra lo que ella cree es un maniquí roto, pero al acercarse comprobó con horror que estaba ante el cadáver de una mujer joven, el cual había sido cortado por la mitad (a la altura de la cintura). drenado de sangre y su rostro estaba cortado desde la comisura de los labios hasta las orejas, recordando vagamente a una leyenda urbana conocida como la sonrisa del payaso. La policía se ocupó inmediatamente del caso, revelándose que la mujer en cuestión era Elizabeth Sort.
Sort era una de las muchas actrices que aspiraban a convertirse en grandes en un mundillo tan difícil como el hollywoodiense, pero este terrible asesinato frustro sus sueños cuando sólo tenía 22 años. La noticia del brutal asesinato corrió como la pólvora y había pocos en los Ángeles que no supieran del caso de la joven actriz a la que la prensa la apodó como Dalia Negra (por lo tanto fue después de su muerte y no en vida como se dijo), ya que quedaron impactados por la juventud y enorme belleza de la víctima, la cual solía llevar vestidos negros, algo que contrastaba con su extrema palidez.
Al parecer la causa de la muerte había sido la perdida de sangre, tras haber sido torturada durante 72 horas, muriendo debido a un golpe en la cabeza. La joven habría desaparecido sobre el día 9 de Enero de 1947, apareciendo 7 días después (15 de Enero).
Desde el primer momento se barajó la posibilidad de que fuera un ex-amante de la joven, llegando a llamar a un periódico el supuesto asesino, dando "pistas" como una especie de divertimento con el que jugar con la policía. Se interrogó a sospechosos sin llegar a nada concreto e incluso hubo personas que dijeron haber visto a Short la primera semana de su desaparición, pero la policia lo descartó como producto de la clásica histeria colectiva o la simple confusión de la cara de una mujer y otra. Lo cierto es que el asesino no apareció y 70 años después el caso de la Dalia Negra sigue siendo todo un misterio sin resolver.
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